Esa fuerza llamada Fe.

Es inevitable que sucedan escándalos; pero  ¡ay de quien los provoca! Quien vive de espaldas a la fe, a su propia fe, es fácil que escandalice a niños, jóvenes y a quien tiene cerca.  Debemos, en cambio, aumentar esa fe... Con una fe débil es fácil caer ante los ataques del "león rugiente que anda buscando a quien devorar".
"Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa montaña: arráncate de raíz y plántate en el mar. Y os obedecería"
Debemos ser testigos del amor y perdonar al ofensor... ¿Cómo se puede sino aumentar la fe?

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