Hoy estamos sumidos en una profunda crisis social y económica que nos afecta todos. La política y la diplomacia no dudan en aprovecharse de los valores, reconvirtiéndolos a su antojo, para conseguir sus fines. Poco importa el partido, el gobierno o las coaliciones que se inventan para acceder al poder, sino el conseguir sus metas sin importar el modo. Se dice que el pueblo, democraticamente, los elige… y así sucede. Pero son elegidos en base a programas que luego no se cumplen… entonces: ¿son realmente elegidos?
Existen dos esferas en nuestra sociedad: gobernantes y gobernados. Esto es así, y lo triste es que no cambiará. Porque a la esfera noble no pueden acceder los plebeyos. Los primeros nos han sumido con sus “tejemajes” en esta situación de crisis, de la pretenden sacarnos a través de “recortes” e “impuestos” siempre dirigidos a la clase baja.
Pero la crisis más importante es que todos, unos y otros, hemos o estamos perdiendo los valores. Los distintos valores están relacionados entre sí a ejemplo de la teoría oriental de los “Cinco Elementos”.
A modo de ejemplo, nos fijamos en la Lealtad.
La lealtad.
La lealtad se relaciona estrechamente con otras virtudes o valores como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad entre otras.
Se define como: “el cumplimiento de aquello que exigen las leyes de la fidelidad y el honor. Un hombre de bien debe ser leal a otras personas, a organizaciones (como por ejemplo, la empresa para la cual trabaja) y a su nación”.














