Para meditar (2): Destino ¿para qué somos?

Puesto que has sido criado y colocado en el mundo con
este fin, debes echar de ti, y evitar todas las acciones contrarias a él: y las
que a él no conducen, menospreciarlas como vanas y superfluas.
Para continuar leyendo el artículo, "pica" en "Leer más..."
Para continuar leyendo el artículo, "pica" en "Leer más..."
Considera la infidelidad de los mundanos, que no
piensan jamás en esto, antes viven como si creyeran haber sido criados para
edificar casas, plantar árboles, juntar riquezas, y emplearse en niñerías.
Confúndete, echando en cara a tu alma su miseria, que
ha sido tan grande hasta ahora, que poco o nada ha pensado en todo esto. ¡Ay de
mí! Dirás, Destino: ¿en que pensaba yo, cuando no pensaba en ti? ¿de qué me
acordaba, cuando me olvidaba de ti?¿qué amaba, cuando no te amaba a ti? ¡Ay de
mí! Debía apacentarme con la verdad, y me hartaba de vanidad, y servía al mundo
que fue criado para servirme.
Detesto la vida pasada: pensamientos vanos, discursos
inútiles, os desecho; memorias abominables y frívolas, os detesto; amistades
infieles y desleales, servicios perdidos y miserables, gratificaciones
ingratas, complacencias enfadosas, os renuncio.

Porque… Destino, tú eres el Todo y la Nada, la
Creación y la Muerte, el Alma o el Espíritu, el Ying o el Yang… el Chi… la
Vida… tú eres Yo, y Yo debe estar en paz con Yo.
Comentarios
Publicar un comentario