Casarse en Japón: El Omiai.

 Enamorarse de alguien puede ser algo fácil, pero si hablamos de contraer matrimonio, ya es algo muy distinto (en términos de responsabilidad). Es como una sociedad comandita, en donde los socios fundadores (esposo y esposa) dedican tiempo y dinero para el sostenimiento y crecimiento de la empresa (la familia). 
Esta comparación, en términos financieros, era practicado en Japón por las clases guerreras aristocráticas o samurai, desde la época feudal, utilizando la práctica del omiai (es decir, la intervención de un tercero para concertar un matrimonio), con fines principalmente políticos y económicos. 
Este pequeño pero poderoso sector de la población japonesa consideraba al matrimonio como un medio para afianzar alianzas entre los clanes o familias poderosas; mas no era considerado como un medio de ascenso social por el rígido sistema de castas imperante (difícilmente se podían casar dos personas de diferente estatus social). 

NOTA: Artículo facilitado por la autora Milagros Tsukayama Shinzato, a la que agradezco su gentileza y permiso de publicación. 
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En esta época, el estatus económico y social del candidato primaba en el omiai, pero ya cuando el sistema de castas fue abolido en Japón (durante la era Meiji, siglo XIX), la apariencia física, las cualidades, los pasatiempos, entre otros aspectos, eran los puntos importantes para ser considerados a la hora de buscar una pareja. 
Por lo general, en Japón se practica dos tipos de matrimonio, el ren-ai kekkon (恋愛結婚) cuando un matrimonio surge del amor entre los novios, y el omiai kekkon (お見合い結婚), cuando es un matrimonio “arreglado” con la ayuda de un intermediario; aunque actualmente prevalece el ren-ai kekkon
Sin embargo, hasta antes del siglo XIX era más frecuente (y hasta formaba parte del proceso del matrimonio) la practica del omiai kekkon. La búsqueda por una buena candidata para el matrimonio ha sido siempre una preocupación para todos los solteros con deseos de casarse. Incluso, hace un par de años atrás se creó un nuevo término en japonés para este tipo de búsqueda, que es el konkatsu 婚活, que es una abreviación de kekkon katsudou 結婚活, que a su vez se derivó deshuushoku katsudou 就職活動, también conocido por shuukatsu 就活, que es “búsqueda de empleo”. Fue acuñado en el 2008 por el sociólogo japonés Yamada Masahiro. 
Pero no solamente fue una preocupación para los japoneses en Japón, sino también para los de ultramar. En el caso de la inmigración japonesa al Perú, también se practicaba el omiai kekkon.
Dentro de la etapa del yobiyose imin 呼び寄せ移民 (la inmigración japonesa por llamado, que va desde 1924 hasta 1936), los inmigrantes japoneses solteros en el Perú aprovecharon para realizar la práctica del omiai. Ante las pocas probabilidades de regreso a Japón en un futuro cercano pero con el deseo de casarse y formar una familia, muchos de estos solteros japoneses tenían tres opciones: dejar el Perú y viajar a Japón para encontrar una esposa (no muy rentable, por los gastos onerosos del viaje), o casarse con una peruana (algo poco frecuente en los primeros años de la inmigración) o, algo más factible y más tradicional: contratar los servicios de un intermediario.  
Esta última opción fue la más popular. Para ello, se contactaron con un intermediario (en japonés nakodo 仲人), quien podría ser el padre o hermano mayor o alguien muy respetado dentro de la comunidad y que conozca a muchas posibles candidatas. 
El nakodo se encargaba de contactarse con la familia de las posibles candidatas y la elegida era la que coincidía con los requerimientos del futuro esposo (similitud en caracteres, etc. y además, debería ser del agrado del esposo). 
Es así que el uso de las fotografías, los omiai shashin お見合写真, cumplían un papel muy importante dentro de esta selección. 
Éstas eran tomadas en estudios fotográficos y los candidatos vestían elegantemente, en el caso de las mujeres, con kimono. 
Pero no siempre las fotografías reflejaban la realidad. Los inmigrantes japoneses en el Perú (así como en otros países), muchas veces “engañaban” a las futuras esposas, mostrándoles una fotografía que no era la actual o que pertenecía a un amigo mejor agraciado físicamente. Con la ilusión de encontrarse con el joven de la fotografía, estas jóvenes partían de Japón, sin haber conocido personalmente a su futuro esposo previamente, sino a través de su fotografía (prácticamente era como una cita a ciegas). Ellas eran denominadas las “shashin hanayome写真花嫁(es decir, las novias por fotografía).
Actualmente, la intervención del nakodo esta siendo reemplazada por el konpa コンパ o el goukon 合コン, que son reuniones informales o cita a ciegas entre jóvenes con igual número de hombres y mujeres de edades similares que salen juntos para tomar o pasear, ya sea para pasar un momento divertido con amigos o para conocer mejor a una pareja ideal, sin los formalismos o exigencias del omiai.



Un shashin kekkon que perteneció a mi abuelo materno. (foto)
Eran tomadas  en un estudio fotográfico y pegadas sobre una base de carton que tenía el logo del estudio o el nombre del fotógrafo.

Fuente: Milagros Tsukayama Shinzato

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