TAO, LA CREACIÓN (III): EL TAIJI y el TAIJITU

TRADICIÓN ORIENTAL EN RELACIÓN CON LA CREACIÓN Y LAS ARTES MARCIALES. 
TAIJI o LA DUALIDAD: YIN-YANG o INNYÔ. EL NÚMERO “DOS”.

En el artículo anterior ya vimos algo resumido sobre el Taiji (太极) la quinta fase de la evolución del universo según la tradición taoísta. Bien, pues Taiji o Taichi para la filosofía taoísta del Yin-Yang, es la fase o momento en que el mundo antiguo se abrió a partir del estado indiferenciado del Universo.
Taiji es la manifestación del Dào o Dô (道). El Tao, está en todo y contiene todo. Taiji es la unidad del Yin y el Yang, la naturaleza dual inherente a todo. En Taiji todo está perfectamente equilibrado: Yin y yang son interdependientes y mutuamente influyentes, transformándose el uno al otro, y al mismo tiempo oponiéndose entre sí. Decimos que Taiji está en perfecto equilibrio, pero también contiene todos los desequilibrios… son meros aspectos de una armonía irrefutable y perfecta.

Los Kanji de Taiji expresan: Tai (太) más allá, más extrema, gran, supremo. Ji (极) por su parte se entiende desde el punto de vista geográfico y físico como “Polo” o “polaridad”; aunque también puede hacer referencia al “apoyo de una viga”, “Cumbrera (remate de un tejado) de una casa o granero”, “pilar central de apoyo”, “mayor parte de la estructura, el límite vertical del espacio interior”.

En conjunto, Taiji nos da una idea de la abstracción de algo que todo lo abarca. Sería como el pilar principal sobre el que se sostiene o gira todo lo demás. No hay una implicación del Yin y el Yang incorporado a la idea en esta etapa, si bien es cierto, que la “cumbrera”, es esa fila superior de tejas que dividen el tejado en dos vertientes, en Taiji, sería esa línea que parece dividir o separar el Yin y el Yang dentro del círculo… pero según autores, también la “cumbrera” sería la circunferencia que contiene a los dos opuestos. Taiji es la suprema polaridad, no es una cosa pero si que es el formato subyacente a las cosas.

Taiji, según Adler, es “Lǐ” (理, patrón, fin, derecho, la razón, la lógica, gestionar, la textura, el grano, principio, la esencia interior, la verdad, la Ciencia) y al mismo tiempo, Yin-Yang se dice que es Qì (氣, la energía interna)… y esto es lo que permite al Qì ser activo, mientras “Lǐ” que es “principio” o “esencia” puede ser considerando como el “Maestro”. Por esto se describe a Taiji como el más alto rasgo formal de “Lǐ”, el patrón de la creación o de la dualidad combinada que surge de la unidad.

“Lǐ” que suele ser definido como Ming y a aquello a lo que debe ajustarse, Xing. Ming (命) es: aquello por lo que algo es como es. Se traduce como vital, y puede entenderse como “la Vida” o “el Destino”. En japonés, los términos equivalentes son Seikatsu (生活) o Inochi (命) que igualmente se traducen como “Vital”. Si Ming es considerado como el objeto de la naturaleza, la tradición dice que es como una “batería”, entonces “Lǐ” tiene la misma acepción. La MTC denomina a esta batería como Yuánqì (元氣, vitalidad), pero en el taoísmo se le llama como Yuán qì (元炁, qi primordial); cuando esta “batería”, vitalidad o qi primordial se agota sobreviene la muerte: en chino muerte o pérdida de la vida, se dice Shī mìng (失命, Ming perdido).

Pero además de Ming, todavía tenemos otra sustancia, centralizada en el pecho: Xing (性, la naturaleza del corazón, la naturaleza) aunque también se puede conocer a esta sustancia como Xīnxìng (心性, Mente) o Běnxìng (本性, carácter, naturaleza); las escuelas espirituales se esfuerzan en perfeccionar el Xing y, basan en él sus enseñanzas. Ming y Xing son las partes separadas de la unidad primordial: si Ming es la parte Yang, entonces Xing es la parte Yin. El espíritu Xing (Yin) es inerte y no tiene energía, sin embargo se necesita energía para vivir, energía que aporta Ming. Los taoístas sostienen que hay que utilizar Ming para la fusión con Xing, o sea la esencia de la alquimia taoísta. Uno puede perfeccionar Xing por su cuenta, pero para hacerlo con Ming es necesario la dirección y enseñanzas del Maestro. Los antiguos sabios dijeron que Ming se ha perfeccionado a partir de Xing, pero uno necesita la verdadera condición espiritual para encontrar a su Maestro y luego la práctica, es decir, que necesita el correcto estado de ánimo durante la práctica.

El “Lǐ” en el cielo es Ming, el mandato, y lo que es heredado por los seres humanos se llama Xing, nuestra naturaleza o tendencias: lo que debería ser. “Lǐ” es la naturaleza subyacente por la cual el Qi toma forma, sin estructura el Qi no puede subsistir pues necesita un patrón por el que moverse. De aquí que Taiji es su expresión máxima.

Según el I-Ching, las mutaciones tienen un gran extremo, del que nacen los dos aspectos (el Yin y el Yang陰陽… In’yô/Onmyô, en japonés), de los que nacen cuatro figuras, de las que a su vez nacen los ocho trigramas que determinan lo favorable y lo desfavorable, y de las que nacen los acontecimientos humanos.
Nos encontramos ante el comienzo del Movimiento. Mientras que la primera etapa (Wuji) está conectada a algo muy poco tangible, de otro mundo, que se relaciona al elemento Cielo, sin embargo, en Tai Ji suele representarse con el elemento Tierra. Es el momento en que la mente va de un estado de alienación total a uno de intención y luego de proximidad a la acción. Desde un punto de vista cosmológico representa la separación entre el cielo y la tierra.

El Taìjítú (太极图).
El Taìjítú es el símbolo del Taìjí. En occidente suele ser interpretado como el símbolo del Yin-Yang o el símbolo taoísta. A veces, resulta más cómodo expresar unos significados a través del símbolo que hacerlo a través de las distintas definiciones o interpretaciones que dicho significado o término pueda tener. Y este puede ser uno de estos casos. El Taìjítú e un símbolo que representa los conceptos de la filosofía china (sobre todo al Taoísmo y al Neoconfucionismo) del Yin-Yang y del principio generador de todas las cosas o Taìjí.
Podemos ver distintas figuras que representan al Taìjítú, como el Láishì Taìjítú, Zhōuzǐ Taìjítú y Xiāntiān tàijítú.

El Taìjítú de Láishì (來氏太極圖) también conocido como “La Figura circular del señor Lái Qútáng” (来瞿唐先生圆图), cuyo creador es Lái Zhīdé (来知徳) o Lái Qútáng, el cual fue un pensador neoconfuciano y practicante taoísta que vivió durante la dinastía Ming. 
En el diagrama se trata de representar el papel principal del principio “Lǐ” (recordar “Lǐ” es el “principio” la “esencia” o puede ser considerando como el “Maestro” o como “Dios”), el juego dinámico que supone la oposición del Yin y el Yang y, la circulación del Chi (Qi, Ki). 
Estamos ante un diagrama similar al de “Los peces Yin-Yang” dentro de un círculo. Sólo que aquí los ojos de aquellos peces son sustituidos por un pequeño círculo central. 
En la figura se aprecian algunas características significativas comparadas con el diagrama actual más conocido: 
Una línea divide en dos el esquema, en sentido vertical, excepto al pequeño círculo central. Con ello, se divide tanto el Yin como el Yang en dos partes: una pequeña a un lado y otra mayor al otro. El Yin (negro-interior) nace en la unión de la línea vertical superior con el círculo central y hacia la derecha y crece hacia abajo. El Yang (blanco-exterior) lo hace en la unión de la línea vertical inferior con el círculo central y hacia la izquierda y crece hacia arriba. A estos Yin y Yang suele llamárseles “jóvenes” y, cuando pasan a adultos, lo hacen en la parte opuesta: el Yin adulto o “Gran Yin” logra su máxima anchura cuando llega a la línea divisoria inferior para, a partir de ahí continuar en la parte izquierda hacia arriba en disminución hasta morir o desaparecer en la parte superior de la línea divisoria de arriba. El Yang adulto o “Gran Yang”, hace lo mismo en sus sentidos opuestos.
De esta forma, a la parte máxima de uno le corresponde la mínima del otro. Cuando uno ocupa una zona, el otro la contraria… todo en una danza infinita, alrededor del círculo central que representa al “Lǐ” o “principio, esencia…maestro”. Los colores negro-blanco (interno-externo… Yin-Yang) también suelen representar la circulación del Qi (Chi o Ki). El círculo central puede representar además, tanto el Wuji (nada absoluta) o el Cuerpo (la persona). 
Si consideramos “Lǐ” el círculo, la parte negra sería el espíritu Xing (la naturaleza del corazón, la mente) y Ming (vitalidad, Chi) sería la parte blanca). Tanto Ming como Xing necesitan un medio de subsistencia, y este medio es el Cuerpo o “Lǐ”.
El esquema o diagrama se complementa con tres frases populares sobre el Qi, Lǐ y Shù:
對待者數 (对待者数, Duìdài zhě shù) “Aquellos que enfrentados en oposición esperan el destino.” O también: “Cantidades de tratamiento”, “esperar (o recibir) emparejados (o contrastados) los destinos de la persona”… etc.
主宰者理 (主宰者理, Zhǔzǎi zhě lǐ) “Maestro de la Ciencia”. O también: “Maestro (o Dios) para gobernar la esencia interior (Lǐ) de la persona”.
流行者氣 (流行者气, Liúxíng zhě qì) “líneas de flujo del Chi”. O mejor: “la energía interna fluye y circula por la persona”.

El Taìjítú de Zhōuzǐ (周子太極圖). Este diagrama se atribuye a Zhou Dunyi, un filósofo neoconfuciano chino del siglo XI, aunque pudo haber sufrido evoluciones anteriores a él, ya que se menciona en tratados u obras anteriores a Zhou.
Este esquema forma parte particular de la práctica taoísta de la alquimia interna. Como hemos visto hasta ahora, el gráfico muestra la evolución del Wuji a la Generación de los Diez mil seres, por lo que podría haber sido llamado “Wujitu” perfectamente. Pero sobre esto hubo serias confrontaciones a la hora de entenderlo, ya que se sostenía la idea de confundir Wuji con Taiji según se viera en el Yin-Yang nociones metafísicas, o que solamente el Taiji, fuera lo metafísico.
Si leemos el diagrama de arriba hacia abajo, estamos ante una idea de “evolución”. Donde el círculo superior representaría al Wuji (Nada absoluta) y comienza el proceso o camino a través del cual el Dô (Tao o Dao) origina el surgimiento del Yin-Yang (actividad-tranquilidad) representada en el segundo círculo de trigramas, así como a la aparición de “los Cinco Elementos” (teoría) que da lugar a la constancia con el Tandem (Dantian, Inbu… Hara) como centro de la persona representado en el tercer círculo para llegar al último círculo entendido como el de los Diez mil seres, en referencia a la presencia o nacimiento de la persona o del Cuerpo.

Ahora bien, este diagrama también puede ser interpretado al revés de cómo se ha detallado, es decir, leyéndolo desde el círculo inferior hacia arriba, lo que hace que la interpretación sea distinta y entendida como de “superación”, como el camino alquímico de regreso al Tao.
  • TRANSFORMACIÓN. En este trayecto partimos del círculo más inferior o de los Diez mil seres, que representa además al Diantian (下丹田, parte inferior del abdomen) o Inbu en japonés (陰部, área genital)… a veces conocido de forma más normal como Hara (腹, vientre), y donde la persona o el practicante transforma su Chi (Ki) posnatal en original depurado.
  • GENERACIÓN. Llegamos al siguiente círculo hacia arriba, el segundo, representativo del proceso Liàn Jǐ (煉己) de transformación del Jīng (精, esencia, también: espíritu, energía, semen, etc.) en Qì (氣, Chi o Ki: energía interna) y posteriormente del Qì en Shén (神, Espíritu, energía espiritual, deidad, Dios,). El proceso de Liàn Jǐ se define como el “perfeccionamiento de uno mismo” o como “cultivo de refinación”; según Wù Zhēn Piān (悟真篇), para activar las nueve Xiu (修成, en el Budismo: “a buen término”) primero tiene que ser refinado el corazón”. Esto es la construcción de la base, eliminar las distracciones, es el enfoque para concentrarse en la práctica.
  • FUSIÓN. El paso siguiente en la evolución ascendente nos lleva al diagrama que representa la “fusión” (和合Hèhè, en chino;  融合 Yûgô, en japonés) de cada uno de los “Cinco Elementos” con su víscera correspondiente (hígado-madera, corazón-fuego, bazo-tierra, pulmón-metal y riñón-agua). La cultura china sostuvo, que todo en el universo descansa en la armonía entre el Qi, “La Teoría de los Cinco Elementos” y el principio del  equilibrio entre Yin y el Yang (Onmyô). Esta fusión, también llamada “La armonía natural” hace referencia a la armonía en sí misma, al concepto de “paz y armonía”, a la “armonía de conjunto”, a la integración y la cooperación, etc. 
  • ASCENSIÓN. El círculo siguiente representa en la ascensión, lleva a la persona hacia la unión del trigrama Lì (離 ☲, asociado al fuego, substancial en el exterior, insubstancial en el interior) con el trigrama Kǎn (坎 ☵, asociado al agua, insubstancial en el exterior, substancial en el interior) para formar el trigrama Qian (乾☰, asociado al cielo, puro Yang), que es totalmente yang.
    • El símbolo Lî (☲) es el nombre del trigrama que representa al fuego y a la luz, y también al sol como fuente de ambos. Su atributo o su virtud es la brillantez y, por una metáfora natural, la inteligencia. Pero Lî tiene también el significado de introducirse, o de adherirse, o apegarse. El trigrama Lì (Fuego), tiene el significado de congregar, de aferrarse unos a otros; una idea asociada con lo Yin unido a lo correcto para dar belleza a lo fuerte, la naturaleza psíquica depende de lo espiritual para evolucionar y dar efectos positivos a la vida: la claridad mental se ve sujeta a lo correcto. La persona que es consciente de que su evolución no es independiente, se armoniza en el movimiento Yin-Yang para obtener el éxito gracias a la constancia, a la perseverancia. Si este signo fuese la respuesta de una pregunta común, está marcando un tiempo de envejecimiento, de caducidad y de renovación urgente. Lì en el plano espiritual es Luz, mientras que en lo mundano es fuego que quema y consume. Las pasiones deben ser vencidas por la razón y la razón debe estar en armonía con el Espíritu y la moralidad. Todas las cosas en el Universo se aferran a aquello que les da vida y las hace prosperar. De esta manera, las llamas se aferran a la madera, las plantas a la tierra y el recién nacido al pecho de su madre. Y así, nosotros los seres humanos, al ser espirituales, debemos aferrarnos a la esencia espiritual del Universo si es que queremos prosperar. Este es el kua del brillo y para mantener el brillo de la esencia, la inteligencia, la razón, la claridad y la espiritualidad, debemos refrescarnos cada día en la fuente de sabiduría espiritual del Universo. De lo contrario, desvaneceremos y nos alejaremos del sendero de la vida plena, lo que significa que continuaremos viviendo, pero no de manera íntegra. El movimiento de Lì, como el fuego, se dirige hacia arriba lo cual significa que la inteligencia, la razón, la claridad y la sabiduría espiritual nos guiarán en el sendero de lo que es correcto, bueno y justo.
    • El símbolo Kǎn (☵) representa la precipitación del trazo Yang entre los dos trazos Yin. Esta peculiaridad, desde la perspectiva de las mutaciones, suele ser señal de riesgo, peligro, dificultad: por eso se habla de Abismo. El trazo Yang es la corriente de agua, mientras que los Yin son las orillas de la tierra. Otra forma de interpretar el trigrama es que puede representación del Corazón (como alma encerrada en el cuerpo) o como la Razón (luz encerrada en lo oscuro). Puede ser el momento de una acción o proyecto (tanto externo como interno, de índole física, moral o espiritual) que transcurre por un momento peligroso. Kǎn también significa precipitarse dentro de algo: lo yang ha caído entre lo yin, (cualidades creativas encerradas en algo material) origina vida en la tierra.
    • El símbolo Qian (☰) representa el Yang puro. Según el Tao Te King el Tao (Dô) no tiene nombre (de tenerlo ya no sería Tao). Sucede lo mismo cuando se utiliza el término “Dios” o “Amor”, “Absoluto”, “Origen”, “Uno”, etc. De cualquier forma que se le llame, es la conciencia regente que da la existencia al Cielo. El comienzo de todas las cosas se encuentra en lo que denominamos “el más allá” como la analogía de una idea antes de ser plasmada en el mundo objetivo. El Cielo, que es lo espiritual y lo invisible, es la fuente de todas las cosas, donde cada ser se manifiesta a su debido tiempo. El tiempo es la duración de algo sujeto a cambios, es decir, sujeto al movimiento. Por tanto, el tiempo es la medición del movimiento. Qian entendido como “cielo” es fuerte y constante, es lo espiritual, y estando en infinito movimiento, hace que todo se manifieste y desaparezca a su tiempo. En Qian, se dice que todo vibra, se mueve y se desarrolla permanentemente, va mutando poco a poco hasta transformarse en otra cosa o apariencia. Según el I Ching, como Principio Creativo, actúa a través de de las mutaciones, y cuando alguien rectifica su modo de vivir hasta armonizarlo con el sentido del movimiento celestial, alcanzará realmente una recompensa, el mejor fruto. Sólo se requiere ser fuerte y constante en ello. La persona que va por su camino correcto logra atraer lo más propicio y favorable para ella, esto es: el éxito. Alrededor de cada ser se proyectan y se expanden corrientes magnéticas de atracción o de rechazo, que influyen en los acontecimientos según las Leyes de Afinidad muy profundas y sutiles. Ya sean conscientes o inconscientes, voluntarias o involuntarias, las consecuencias de los actos, las del propio temperamento y las de las circunstancias producidas en torno a si mismo son los factores que suscitan esas corrientes magnéticas. Y tales oleadas de influjos sutiles son a su vez causa de nuevos influjos. Las transformaciones entre lo fuerte y lo débil son continuas. El Yang rige en un momento dado, y el Yin en otro momento, y así se van formando las etapas del devenir. Esto conduce al comportamiento perfecto, cuyas cuatro virtudes básicas son: la bondad, la justicia, la fuerza y la constancia.                                                  Qian además es el padre, la fuerza. El trazo Yang representa la energía primaria, espiritual, luminosa, fuerte y activa. Y como en este trigrama no hay trazos partidos (Yin), no hay lugar para la debilidad, lo espiritual no se ve condicionado por lo espacial. Lo Yang prevalece sobre lo Yin, el Cielo es antes que la Tierra, el Uno es anterior al dos. Por todo ello, los trazos enteros representan el movimiento original, el que crea y conduce, el que impulsa desde dentro hacia fuera; mientras que los trazos partidos simbolizan el movimiento de la Tierra, de lo espacial, son movimientos que “se dejan llevar” por otros más fuertes o predominantes, como la Tierra se deja llevar por la Ley del Cielo. Para un débil es una suerte ser conducido por un fuerte, para un ignorante lo es ser aconsejado por un sabio o un maestro.                                               Al concebir la imagen y las líneas en movimiento, se está diciendo que: este es un tiempo de… que lo sublime está por encima de todo aquello que está imbuido por la virtud. El éxito implica el advenimiento de todo lo propicio. “Grande en verdad es la Elevación de Lo Creativo, a la cual todas las cosas deben su comienzo y la que penetra todo el Cielo”.                                                         Las cuatro cualidades básicas que se relacionan aquí con las cuatro virtudes cardinales de la moral china son: A la Elevación le corresponde el amor;  al Logro le corresponde la moralidad; a lo Propicio le corresponde lo recto; y, a la Perseverancia le corresponde la sabiduría. 

Lì y Kǎn son dos tipos de energías cuyo desequilibrio propicia el envejecimiento del cuerpo humano. Los maestros taoístas buscaron antaño ese equilibrio de fuerzas con el fin de conseguir la inmortalidad; gracias a ese empeño, tras una búsqueda encomiable del elixir o alquimia que facilitara ese equilibrio, llegaron a la conclusión que ese elixir se encontraba en el propio cuerpo. Hallaron diversos métodos que permitía mantener ese equilibrio que prolongaba la vida, métodos que consistían en técnicas que se recogieron en distintos sistemas como Qi Gong, Taichi Chuan, etc., o en prácticas como la meditación, tablas de ejercicios respiratorios o una saludable alimentación.

    • Lí simboliza el Fuego que quema lo viejo para dar paso a lo nuevo: es lo adherente (dos líneas Yang con una Yin entre ambas). Kǎn representa el Agua en movimiento: lo abismal (dos líneas Yin con una Yang en entre ambas). Cuando ambos interaccionan mutuamente se alcanza el equilibrio quedando todo en su sitio y se genera energía. Kǎn es la energía que enfría el cuerpo volviéndolo más Yin, mientras que Lì es la energía que calienta el cuerpo volviéndolo más Yang. Si conseguimos regular con corrección estas dos fuerzas estaremos logrando el equilibrio Yin-Yang.
    • El Chi (Qi, Ki) que circula por los meridianos puede ser Shuǐqi (水气, Mizu-ki, o Ki de Agua) o Huǒqi (火气, 火気Kaki, Ki de fuego). La energía predominante en el cuerpo es Yang, salvo en caso de enfermedad; pero se considera que la energía Yin, de fuego, es la causante de consumir continuamente la energía Yang, lo que causa el envejecimiento corporal. Ambas son necesarias, pero se debe trabajar en la energía Yang con mayor atención, debido a que el cuerpo, normalmente tiende a tener exceso de energía Yin. Así pues, tratando de reducir la energía fuego, mejorando la calidad de la energía agua conseguiremos retrasar el proceso degenerativo.
    • El equilibrio Lì y Kǎn, la unión de estas dos fuerzas transporta a la persona al inmediatamente anterior al Wuji. La persona ha evolucionado al estado Yang primigenio, ha alcanzado las cuotas de la perfección: la iluminación o satori… la meta deseada.
  • LIBERACIÓN. El último círculo representa la vuelta al Wuji (無極, Mukyoku), es decir, la liberación y la inmortalidad. Recordemos que Wuji en el sentido de la evolución o procedencia de nuestro “Mundo” es la “No-polaridad”, o sea el estado primigenio del universo no diferenciado… es el “estado sin estado”, carente de espacio y tiempo. “Nada” es un concepto mental, no un objeto a observar: nos hallamos ante una no-realidad. La tradición dice Wuji es la contrapartida de la Creación. Ahora bien, en este sentido contrario de interpretar el “El Taìjítú de Zhōuzǐ”, Wuji representa en el plano de la persona a la consecución del equilibrio, la liberación, el regreso a la “nada” o mejor: a la “no-nada”… la inmortalidad.


El Xiantian Taìjítú (先天太極圖)

Este es el símbolo de los primeros tiempos. Posiblemente es el más extendido, utilizado y conocido hoy en día. Está formado por dos formas que representan a dos peces, y de hecho popularmente en China también ser denominado como “Los peces Yin y Yang” (陰陽魚).
Hu Wei (胡渭) en su obra “Discernimiento sobre los diagramas de las mutaciones (Yitu mingbian , 易圖明辨)expresa que el símbolo representa la alternancia entre el Shuǐqi (水气) o Chi de agua (Yang) representado con el color blanco y el Huǒqi (火气, 火気) o Chi de Fuego (Yin) entendido como la “energía vital” y expuesto en color negro. Ambos Chi se entiende son inconcebibles el uno sin el otro. Cada uno de estos peces, contienen u ocultan en su interior el germen del contrario. 

El “DOS” EN LA NUMEROLOGÍA TAOÍSTA.
Lao Tze en el Tao Te King lo ejemplifica de esta manera:
“Mutación Perpetua: El Tao engendra al Uno, El Uno engendra al Dos, El Dos engendra al Tres. El Tres engendra a los diez mil seres. Los diez mil seres llevan el Yin en sus espaldas y el Yang en sus frentes, Y la armonía de su Chi depende del equilibrio de estas dos fuerzas. Los hombres aborrecen la soledad, la pobreza, la indignidad, y estos nombres los usan los soberanos para sus títulos. Porque unos ganan perdiendo, y otros pierden ganando. Yo enseño lo que otros han enseñado: «el hombre que vive violentamente, morirá violentamente». Esta es la guía de mi enseñanza”.
 
El “DOS” es símbolo de la polaridad, de la oposición, de la división de la unidad en “masculino” y “femenino”, el padre y la madre, por lo que representa además a la sexualidad; también, el doble poder divino de creación y destrucción… el Yin-Yang: la ambivalencia, la dualidad.

EL DOS EN EL ARTE MARCIAL.
El círculo, y la línea divisoria, del símbolo “Taijitu” representa todo aquello que hay que experimentar y que siempre está influenciado por las dos fuerzas en oposición: la dualidad, el yin-Yang. Estas fuerzas se hallan muy presentes en las Artes Marciales. El artista marcial debe crecer entendiendo el equilibrio de estas dos fuerzas antagonistas así como su distinta colocación en el entorno para lograr la armonía: la combinación Yin-Yang crea la concordia dentro y fuera del cuerpo. 

La destreza del artista marcial viene marcada por el entendimiento e interiorización de estas dos fuerzas en combinación con “Los cinco Elementos”: en un momento dado, el practicante puede llegar a cambiar entre los elementos el sentido de las fuerzas opuestas.

El Karate, por ejemplo, está fuertemente impregnado de la filosofía china del Yin-Yang que se encuentra en todas las cosas, como arte supone una inteligente combinación de los opuestos: lo duro y lo blando, relajación y contracción. Distintos Maestros del Karate han realizado comparativas con, como ejemplos, “la caña que se dobla por la acción del viento” o “el empuje del viento sobre los pinos”, “la calma y a la vez potencia de la montaña y el flujo inagotable de las olas”. También has sabido contrastar que “la fortaleza de la montaña, tan poderosa… es a la vez tranquila y serena” o que “el inofensivo flujo del agua puede ser en un momento lo más penetrante y agresivo”. El Karate se comporta como nos muestran estos ejemplos, nos enseña que la fuerza no siempre es la mejor solución: fuerza contra fuerza es como un choque frontal de trenes. Si aquella caña, decidiese ofrecer toda su fuerza al terrible envite del viento… pronto se partiría, en cambio, deja que su estructura se curve a favor del viento, se une prácticamente a su empuje para después retornar a su posición intacta. La técnica permite eso en el Karate, pero en esto, la mente del artista, su decisión de adoptar estas ideas a caballo entre decisión e intención es muy importante. La caña, se torna humilde en ese dejarse ir, lo considera preferible a la confrontación y la respuesta agresiva. La roca, con todo su poder y firmeza se muestra tranquila ante el envite continuo de las olas… Las olas perseveran eternamente orando paciente a la roca.

Pero este momento inicial de creación del Yin-Yang en el seno del Tao (Dô), en el arte marcial, se representa, además de en los conceptos expresados en el Taiji… en los dos practicantes o contrarios en el momento previo al combate, o cuando el practicante realiza Kata (Forma) se encuentra en el preciso instante de entrar al tatami para ejecutar esa forma.

En esos momentos previos, ni existe combate (real o kumite y/o imaginario o kata). Las cinco fases taoístas vistas que van desde la “nada” al inicio del “todo” se corresponden desde el tatami vacío de practicantes al kamae entre ellos en el combate o a la ceremonia de presentación y saludo del kata.
En principio no existe zona de combate, por lo tanto el combate en sí no existe tampoco. A medida que los adversarios se acercan se va reduciendo esa zona vacía hasta generar el espacio de la “no-distancia”: algo se ha generado, ha cambiado… pero sigue sin existir el combate. Cuando ya tras los saludos (Rei) y las correspondientes adopciones de los kamae (guardia) de uno y otro, o de uno y el adversario imaginario del kata, esa zona de “no-distancia” ya se ha vuelto a reducir para crearse la zona de distancia o de “maai”, pero ninguno de ambos ha hecho mención aun de atacar.

Y es en el momento de llegar a la última fase (Taiji o “Gran cambio” 太易) cuando en uno de los adversarios surge la “intención de”, algo que posteriormente, según las estrategias a seguir, desembocará después, instantes después, en la acción… en el nacimiento de la técnica y su evolución al combate: el evento. Este es el instante presente, que surge de un pasado o nada que ya ha dejado de existir y que irá a un futuro o todo que todavía no ha llegado.

EL DOS SEGÚN LA CIENCIA.
El Yin-Yang contenido en el Tao, puede ser hallado en el contexto científico.  Las observaciones astronómicas nos indican que la carga eléctrica del Universo es nula.  Se dice que la carga del electrón es la misma en magnitud que la del protón aunque de signo contrario y que, el número de protones y electrones es idéntico.

En este sentido, la energía del Universo, ciertamente podría ser nula y, ésta puede ser tanto positiva como negativa. La energía positiva se encuentra en forma de masa, mientras que la energía gravitacional es negativa. Existe una curiosa relación entre la energía en forma de masa (en un cuerpo cualquiera) y su energía gravitacional debida a la atracción del Universo visible: ambas energías tienen magnitudes comparables pero son de signo contrario. Según esto, la energía total del Universo podría ser nula, pues la energía en forma de masa estaría compensada con la energía gravitacional.

¿Cómo pudo nacer el Universo con la misma cantidad de materia y antimateria? Las partículas y antipartículas pueden coexistir a muy altas temperaturas y esa era la situación durante los primeros segundos del Universo. Cuando descendió esa temperatura las partículas y antipartículas se auto-aniquilaron, quedando un pequeño excedente de materia. Los físicos encontraron pruebas experimentales de que existe una pequeña asimetría entre el comportamiento de las partículas y el de las antipartículas, y de esta irregularidad se sostiene que pudo causar, en aquellos primeros instantes del Universo, la formación de un poco más de materia que de antimateria.

Hasta aquí, puede observarse como ciencia y taoísmo, desde sus distintos entornos pueden llegar a tener la misma congruencia. Lo próximo a tratar será la correspondencia con el número “Tres”: Los tres tesoros o el “sani i ittai”. Antes, recordar como complemento a este escrito de un anterior post en este blog que desarrolla el sentido Yin-Yang: “Entendiendo la senda del Ki (I): Teoría del Inn Yang”… enlace:

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