Shinnenda y Zanshin


- ¡Qué bien! ¡Tengo poder de convicción!
- How nice! I've got conviction power!
-Ī ne! Watashi wa, shin'nen no chikara o motte iru


SHINNENDA 信念だ
SHIN, Sinceridad, confianza, fe.
NEN, Pensamiento, sentimiento, deseo.
SHINNEN, La creencia, la fe, la convicción.

Shinnenda: Principio de convicción, que se refiere a la forma, a nuestra acción.
Es aquello que uno hace, es acción. (Do)
Al igual que al cielo le corresponde el mundo de las ideas y ilusiones, 
a la tierra le corresponde la materialización de la mente y el espíritu.

La convicción es la confianza que se tiene sobre algo. Quienes tienen una convicción poseen razones o creencias que les permiten sostener un determinado pensamiento, discurso o acción. Convicción también es una idea de actitud, de ética o de religión a la que una persona se encuentra fuertemente adherida. 
La noción de convicción suele confundirse con la idea de creencia. Puede decirse que una convicción es una creencia de la que un sujeto considera que tiene evidencias suficientes para considerarla cierta. No importa si dichas evidencias son científicas, racionales o espirituales: la persona cree que son suficientes para sostener su idea. La creencia, en cambio, es más bien una suposición o una cuestión de fe, ya que el individuo no puede justificar su veracidad. Muchos sostienen que tanto la razón como la fe son distintas formas de convicción que pueden coexistir con distintos grados de compromiso. La fe es una convicción que no está basada en el raciocinio, mientras que la razón sí está fundada en la lógica.

Has de tener claro cuál quieres que sea tu destino, en él, con seguridad, aparecerán obstáculos que tratarán de impedir tus proyectos, pero si tienes la fuerza de tu convicción esos serán superados, como mucho sólo conseguirán retrasar tus planes, nunca impedirlos.
Kyôsei, nos dice que debemos positivos, nos habla también de ese espíritu (kokoro) por el que debemos querer y querernos más, y en el plano mental, debemos trabajar la imaginación como una fuerza de largo alcance. Todos nosotros, podemos generar ideas y proyectos con nuestra mente e imaginarlos como conseguidos. La primera intención es pensar en algo que deseamos. La segunda, es la decisión en referencia al plan de acción de eso que deseamos o queremos conseguir: el proyecto. Finalmente, inevitablemente es pasar a la acción para poder lograrlo, y es en este momento donde la fuerza de convicción (Shinnenda) adquiere vital importancia.

Todo este proceso nos hará bien en la vida, todo esto es positivo: intención, decisión, acción… Shinnenda. Es importante también la motivación, no nos olvidemos, pero ésta sólo adquiere la potencia necesaria cuando es generada desde esta trilogía de valores. Es el camino para alcanzar nuestras metas.
Hemos, por otra parte, considerar aquello que los maestros o la vida nos enseñan frecuentemente, pero cuidado, no hemos de ser en exceso absorbidos por la opinión de los demás… pueden también existir personas, acontecimientos o hechos en el entorno cotidiano que te aconsejen que desistas porque quizás antes lo hayas intentado y no conseguido, o porque ellas mismas no lo hayan logrado. El abandono, la rendición, sólo logran su objetivo cuando tienes falta de Shinnenda, o ésta de haberla, no es la suficiente.
Puede aparecer, en caso de agotamiento físico o mental, la escusa. Es un camino peligroso avanzar por las ascuas de nuestra existencia: la indiferencia y crueldad mundana o echar la culpa a los demás o al destino son el fundamento de la escusa generalmente, y esta debilita y suele vencer nuestra fuerza de convicción. Las cosas no son fáciles para nadie. Debemos ser responsables con nosotros mismos. Tenemos ahí la convicción, una de las tres fuerzas generalizadas del Nanbudo, usémosla, aprendamos a vivir con ella en todos los aspectos de nuestra vida: es el Do, el camino correcto.

El sentido del Kyôsei también nos previene del miedo, del temor al fracaso. No temas, porque no tener miedo ni es soberbia ni es egoísmo. No tener miedo te dejará avanzar hacia el éxito y cumplir tus sueños.
Se dice que: “sólo con que tuvieras un poco de verdadera fe en ti mismo, podrías decirle a un árbol: ¡Levántate de tus raíces, anda y plántate allí en el mar… y el árbol obedecería!” Es cierto que ésta sea una máxima religiosa de creencia, pero nos da una idea de a donde puede llegar ese poder de convencimiento. No estés esperando la palmada en la espalda pues tus miras quedarán casi siempre en el camino. Encontrarás en tu andar gente que te quiera y gente que no… incluso la indiferencia; tú serás lo que tu mismo seas capaz de quererte, de convencerte… de comprometerte. Piensa siempre que si Shinnenda es capaz de mover una montaña ¿qué puede hacer contigo, con tu porvenir?
Ten seguridad en ti… tendrás convicción… estarás en el camino.

Un amigo le preguntó a Nietzsche ¿porqué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, él respondió: "Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión".


Zanshin 残心
ZAN, Resto, remanente, restante, sobrante, el exceso de.
SHIN, Mente, corazón, espíritu.
ZANSHIN, Seguimiento 

Zanshin es un término utilizado en las artes marciales japonesas. Se refiere a un estado de conciencia de alerta relajada. La traducción literal de zanshin es "la mente que queda". Normalmente suele hacer referencia a la postura del cuerpo que refleja un aspecto mental mantenido antes y después de la acción. Un estado de conciencia total y de ánimo ante todo lo que nos rodea mientras estamos preparados para reaccionar. Pero además de esto, también es una devoción a la técnica, a la que le hemos añadido el correspondiente grado de atención y receptividad del entorno.

Zanshin para algunas formas de meditación o de Zen es un objetivo para la atención total al momento: la focalización de la mente, sin pensamiento o emoción, sobre todo a su alrededor.
En el Budo, es una cualidad que contiene varios fundamentos básicos y necesarios para la práctica marcial, como son la posición (dachi o shisei), el control de los ojos, lo que refleja la mirada (metsuke), la distancia (ma ai), la energía concentrada (kiai y kime) y la conexión (ki musubi). Todo esto es lo que debemos concentrar y controlar conscientemente todo el tiempo que dura la práctica. Con el tiempo llega el momento de profundizar en el kime con su enfoque decisivo, en la esencia de la técnica y por supuesto en la intuición y la consciencia. Con ello llegamos al punto de sentir como la técnica realmente funciona, estamos encontrando su tiempo preciso y apropiado; nuestra energía está siendo enfocada y relajada, parece que ella es capaz de superar cualquier cosa… esto es el verdadero zanshin que flora en nosotros, una sensación, una cualidad de quietud en la acción y de acción en la quietud. Entonces, y sólo entonces, es cuando comenzamos a desarrollar otras cualidades como una mente inamovible, un estado de no pensar en si mismos o en nuestras acciones.

Shinnenda y Zanshin son dos cosas distintas, pero complementarias. Sin la una no puede existir o tener razón de ser la otra. La primera, como hemos visto, es la acción en toda su plenitud, mientras que la segunda nos refuerza esa convicción de haber logrado el objetivo, la demostración de que hemos tenido éxito.

Puedes, por ejemplo, realizar un kata perfecto, desde el punto de vista técnico, de la plasticidad, de la belleza e incluso del conocimiento constante de su bunkai mientras lo realizas. Sin embargo, si el kime, la canalización y control de la energía en cada técnica desarrollada no es el adecuado, ese kata ya no está completo… pero si además no hay la convicción necesaria del ejecutante en cada gesto técnico y en el llegar al objetivo final con la conclusión del kata, es difícil que pueda ir aflorando el zanshin en el trabajo que se está realizando y, entonces, sin esto… no habrá nada, el kata sólo será un conjunto de técnicas entrelazadas sin fundamento alguno.

Si la convicción es necesaria para llegar al éxito, a cruzar la meta… el zanshin es como el podio donde le colocan la medalla al campeón, el cual sabe plenamente que ha ganado, que lo ha conseguido.

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