Fin de temporada Dojo Shizen de Monzón.


 Barasona 2011.

El pasado sábado se celebró en el Embalse de Barasona (Graus, Huesca) un entrenamiento de Nanbudo al aire libre que sirve para cerrar la temporada del Dojo Shizen Nanbudo de Monzón que dirige el Shihan Sergio Medina. Ya viene siendo tradicional elegir este bello entorno natural para la realización de esta convivencia, a la que este año he sido invitado. Un entorno y un entreno que además, sirve a modo de “pre-laurentis” del ya cercano Stage de Nanbudo de Playa D’Aro con Doshu Soke Nanbu.

Fue una sesión sencilla, entrañable, familiar y divertida pero no exenta de contenido técnico marcial que, aun adaptado a la presencia de niños de distintas edades, shihan Sergio supo exponer y dosificar para que todos tuviésemos la oportunidad de aprender algo nuevo a través de unos ejercicios que ya creemos tener archisabidos.
La sesión, ya en el plano técnico, comenzó con el tradicional “Nanbudo mitsu no chikara” y un calentamiento general, después, se sucedieron las distintas fases de trabajo alternándolos en los tres elementos que se simbolizan en el Nanbudo en general y en este club Shizen (naturaleza) en particular: el sol, la tierra y el agua (tan estrechamente relacionada con la luna)… y donde cada persona mayor se emparejaba con un menor. A continuación se pasó al repaso de:
ü      Figuras de Nami (la ola), Tsuru (la grulla) y Nichi (el sol) y sus correspondientes bunkai.
ü      Trabajo de la técnica del barrido (de-ashi-barai) en dos distintos tipos de bunkai (oyo y henka). Oyo bunkai o aplicación oficial del barrido en los kata Nanbu Shodan y Yondan. Henka bunkai o aplicación de interpretación libre, que puede obtenerse y usarse a partir de una escena de los kata o de los randori, para enfocar un tipo distinto de trabajo, más acorde con una realidad determinada. De esta manera trabajamos el barrido en línea tal como sucede en el kata, donde se aplica primero el Nihon kakete para aplicar el ashi-barai en mae; después en la misma situación, pero aplicando Ippon kakete con una mano y shuto-control con la otra sucediendo el barrido en naname; y la idea del derribo directamente por agarre y giro del cuerpo. Estudiando el barrido en secuencia de randori ante ataque de geri, la práctica de barrer con la planta del pie el del apoyo de tori, o bien utilizando la parte alta del muslo-cadera.
ü      Alternancia de práctica del randori-tori y de los randori ichi no kata, gyako randori ichi no kata y randori irimi no kata tanto sobre el césped como en el agua.
ü      Divertidas ejecuciones de flexiones, abdominales, mae ukemi en flexión y mae ukemi en agua (y en las piedras de debajo de ella).
ü      Kata Sanpho Sho y Seienchin también dentro del agua.
ü      Y como no podía faltar… el Nanbudo nanatsu no chikara y saludos finales… también sobre el líquido elemento, que cabe decir, en contra de lo que pensábamos, estaba de una tibieza agradable.
Después nos reunimos en unos instantes de convivencia, junto con la tradicional aportación cerealística, donde hablamos un poco sobre la actualidad del Nanbudo y de la proximidad del stage estival de Playa D’Aro. Sergio, en un momento surgido durante la conversa, me comentó que para él el cuarto pilar que debe acompañar a la trilogía Ku (símbolo) del Nanbudo como son la fuerza, el coraje y la convicción… es la bondad. Para mi, la bondad es esa virtud ya un poco en descuido en la actual sociedad, tan olvidada como vacía suena cuando es utilizada de conveniencia y a la ligera. Pero tienes razón Sergio, aunque nos tachen de románticos o de beatos, es ese el valor que dará a nuestro Nanbudo el futuro, el porvenir. La bondad es la única arma capaz de borrar en nuestra familia marcial envidias, resentimientos, enfados o egoísmos. La bondad y… el espíritu de superación.
Con shihan Sergio Medina 
Un espíritu de superación que debe basarse en la investigación personal sobre nuestro arte siempre de la mano de nuestro “profe” o maestro. Recuerdo palabras de Doshu Soke en una entrevista de antaño en la que decía que “debemos respetar y conocer a nuestros maestros, a los maestros de nuestros maestros… a los antiguos maestros y a sus obras o estilos, porque así conoceremos verdaderamente y sabremos valorar lo que tenemos y practicamos”.
En el aprendizaje de la mayoría de las artes marciales, llega un momento en que el grado cambia de nombre: va de grado a nivel, del kyu al dan. Me siento orgulloso y feliz de haber tenido los profesores en mi pasado marcial… y los que tengo ahora en el presente, entre los que te incluyo a ti,  Sergio, de corazón, porque me habéis ayudado a ser como soy y a seguir luchando y teniendo ilusión. Y es curioso que a todos ellos, a todos vosotros… aunque lo sois, no os gusta que os llamen maestros. Me han enseñado y me enseñáis algo más que arte marcial: la bondad desinteresada que tú mencionas y la humildad. Pues esto, y la libertad de investigar en el arte marcial en pos de esa superación, de no conformarnos con el simple (aunque importante) aprendizaje, sino de entrar en la comprensión del mismo hace que, cuando se supera la colorida etapa del kyu (aprendizaje) y llegados al cinto negro, comience la nueva etapa del dan… de lo contrario, si renunciamos a esa profundización seremos más cintos negros 1º, 2º… o “x” kyu… que dan.
Gracias por el escudo que me entregasteis queridos “republicanos”… gracias por dejarme ser un “independentista” más. Me hicisteis pasar una mañana muy entrañable.
Ousssssss!





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