El Nanbudo en Huesca (8). La Nueva Escuela Sankukai-Huesca

平成2368
ウエスカの南武道(八番目), 新流三空会ウエスカ
Primer rótulo en chapa de la Escuela Sankukai-Huesca
1983.
Hubo años más significativos que éste en el devenir marcial oscense, en referencia a la primera etapa del camino hacia el Nanbudo, donde el Karate (Shukokai primero y Sankukai después) sirvió de plataforma para llegar al mundo del Maestro Nanbu… de eso no cabe duda alguna, pero este año fue muy especial emotiva y deportivamente hablando.
Picar en "Leer más..." para continuar.

Las primeras instalaciones en aquel entrañable y reducido sótano fueron quedándose pequeñas y obsoletas conforme el Karate crecía en Huesca. La publicidad del “boca a boca” siempre ha sido la ideal en esta ciudad altoaragonesa; comenzaron a llegar a entrenar más amigos y amigos de amigos a nuestro club y sobre todo, personas que comenzaron a traer a sus hijos y, que fuera de preocuparse al ver aquellas “condicionadas” instalaciones (un vestuario de unos 4 m2, que contaba con un banco de fabricación casera a base de cuadradillo pintado de azul y listones de pino teñidos en marrón; un baño de 2 m2 con taza, plato de ducha (sólo fría) y lavabo; y un tatami de “hormigón en vasto” ya casi pulido por nuestros pies descalzos y que no tenía más de 40 m2) nos los dejaban para ver si terminaba gustándoles el karate.
Proyecto ampliación del Club Shukokai Romero
Como dije quedó libre la sala del primer piso y el Sr. Rufino (propietario) nos pidió una cantidad prohibitiva para nosotros, pero conseguí con muchas insistencias que las rebajara un poco (bajó de las 40.000 Ptas. a las 28.000 por los dos locales), pero había que hacer mínimos acondicionamientos, y ahí, la cosa se disparaba.
Nos reunimos todos los que habíamos comenzado la aventura del club Romero, Mario, Ismael, Carlos, Montaner, Paco Casasús, Enrique y Antonio (éstos dos ya venían sólo ocasionalmente), José Antonio y yo. Recordar  que tanto Félix Herrera y su hermano Manolo, cuyos trabajo y estudios les alejaban de Huesca muy a menudo, eran considerados como parte del club, también estaban, si había alguien más, se me escapa del recuerdo.
Bien, pues con José Antonio les expusimos las nuevas necesidades que se presentaban si pretendíamos que el Karate siguiera creciendo en Huesca o, si por el contrario, empezar a rescindir el acceso al mismo a todas aquellas personas que se interesaban por iniciarse. La respuesta general fue que todos estaban contentos con el auge que el Sankukai estaba alcanzando, pero de ahí a un compromiso mayor había una gran distancia.
José Antonio Marco indicó la importancia de la expansión del Karate en nuestra ciudad y provincia y recuerdo que recalcó la gran oportunidad y responsabilidad que se nos presentaba a nosotros en aquel momento, sus palabras fueron algo como: “esto a lo que hemos llegado, nuestro karate, surgió de una casualidad, de una anécdota… de un cinturón negro que pasó por Huesca a causa de la “mili”… y hemos llegado a ser un grupo numeroso con ilusión y ganas de progresar… esto puede llegar a ser el boom… lo sé… pero ahora como dice mi hermano hace falta más sitio, porque ya no cogemos… estamos abarrotados en todos los horarios que hemos tenido que crear… o se amplía o dejamos de coger a más gente…”
Entonces, Mario que llevaba la voz cantante, me preguntó por cuanto nos alquilaban el local de arriba. Yo les comenté que a lo máximo que había podido rebajar al propietario eran a 28.000 Ptas. de alquiler por los dos recintos. Esa cantidad no supuso problema según aprecié, aunque alguien expuso que aunque estábamos ya muchos, en realidad no se salía a mucho por cabeza, pero de todos, sólo 5 ó 6 (los fundadores), parecíamos ser los responsables del pago mensual, pues si los otros lo dejaban o no pagaban (como había algún caso) ¿Qué haríamos entonces? ¿Dejarlo y volver abajo de nuevo? Ismael, que entonces había recién formado una empresa de construcción, dijo que habría que hacer obras, por lo menos vestuarios y duchas para hombres y mujeres…
Intervine de nuevo porque había realizado una especie de proyecto, como me movía por los ambientes de la construcción, fui atando cabos de lo que se nos venía encima y no era otra cosa que: sobre unas 200.000 Ptas. entre materiales de fontanería, electricidad, pintura, carpintería, albañilería… todo de forma muy aproximada y naturalmente sin mano de obra (nos lo tendríamos que trabajar nosotros). Del posible tatami arriba, José Antonio había mirado por Zaragoza varias ofertas que iban entre 3 y 4000 Ptas. por colchoneta de 2x1 metros,  más colocación de la lona, dijo que hacían falta unas 225.000 Ptas. Además, dije que teníamos que formalizar legalmente el club en la DGA, solicitar permiso de apertura al Ayuntamiento y licencia fiscal a Hacienda…
Idea de presupuesto para la ampliación del Club Shulokai Romero
La gente se horrorizó y empezaron a decir que no nos podíamos permitir ese lujo. Entonces hay que decir que, por ejemplo, yo que trabajaba como electricista, cobraba mensualmente unas 60.000 Ptas. escasas siendo oficial de 2ª. Sabíamos que era una utopía pero ni a mi hermano ni a mí nos iban a quitar aquellos ratos planeando ese proyecto. Bueno hasta allí había llegado ese sueño…
Pero intervino Mario Cristóbal preguntándonos si nosotros estaríamos dispuestos a llevar a cabo ese proyecto solos. Yo me quedé cortado y sorprendido pues no había comentado siquiera esa posibilidad con mi hermano, pero sólo bastó un cruce de miradas entre nosotros para saltar casi al unísono respondiendo que si. Creo que nunca antes, ni después, hemos estado tan de acuerdo en algo nosotros dos, y menos en ese suspiro de tiempo. Habíamos dicho que si, sin considerar si económicamente podíamos hacerlo, pues nuestros ahorros eran nulos, yo trabajada en una empresa cuyo futuro estaba en el aire y José Antonio recién licenciado, todavía no había encontrado trabajo y se dedicaba exclusivamente a dar clases y entrenar karate… su vocación.
Mario continúo diciendo que por él no había ningún inconveniente en que lleváramos el gimnasio nosotros, de hecho, continuó diciendo que ya lo estábamos haciendo, y dado que todo iba bien pues que siguiéramos adelante; porque de poner derramas para obras y ampliaciones entre todos no era viable dado no sólo lo económico sino el apartado de la responsabilidad con respecto a formalidades legales y de seguros deportivos. Todos los demás estuvieron de acuerdo con Mario y además se comprometieron a ayudarnos en los trabajos de la reforma si la hacíamos y de apoyarnos en todo momento. No recuerdo, si fue en aquel momento o en otro, ellos tampoco lo recuerdan, pero mientras hablaba creo que con Ismael sobre albañilería, que Mario dijo a José Antonio: “mientras tú lleves ese kimono puesto, sino media desgracia, estaré contigo…”
Podría decirse que a partir de ese momento, de aquella reunión comenzó una nueva etapa en el karate oscense, nacía la Escuela de Karate Sankukai-Huesca. Este año 1983, para mi fue la clave de lo que hoy somos, no sólo por la ampliación del local, sino por los logros deportivos que ocurrieron ese año: José Antonio consiguió en cinto negro, se entablan los primeros contactos con gentes del Nanbudo, asisto con José Antonio a conocer al Maestro Nanbu por primera vez…
Pero esto queda para el próximo post.

Comentarios

LO + DEL MES