Barasona 2012: Fin temporada Dojo Shizen Nanbudo

Fuerza, coraje, convicción…

Son las tres máximas que siente invocamos en todos los inicios de las clases de Nanbudo. Las trilogías suelen aparecer muy a menudo en las artes marciales: el tres, cinco y siete tienen profundas connotaciones filosóficas en la mayoría de las religiones, sobre todo en las orientales. Parece ser que en las ideas del neo-confucianismo y con clara influencia con las del sintoísmo y budismo se cimentó la filosofía del Bushido o “camino de los que guardan la paz, ya sea por medios literarios o militares”. La mayoría de las artes marciales tienen como referencia de conducta al Bushido y por ende a esas religiones señaladas. El Kyu sei ki Goku (espíritu escénico básico de todo elemento cósmico) se define como el balance que debe tener cada ser humano con respecto al Yin y el Yang, que genera todo elemento cósmico. Los ciclos lunares o solares mantienen su relación e influencias con respecto de la tierra, donde habitamos.

El número 3 representa la Trinidad en muchas ideologías, para el budismo, es el Tri-ratna (las tres joyas: Buddha, Dharma y Sangha). También en nuestro escudo (Nanbudo), en su parte central, se halla representa una trinidad o trilogía: tres círculos que forman la imagen de un eclipse; y que representan al Sol, la Luna y la Tierra… o el cuerpo la mente y el espíritu… universo, tierra y hombre… la fuerza, el coraje y la convicción; un símbolo donde todo elemento tiene sus propios movimientos en torno a si mismos o torno a los otros… rotan y trasladan pero nunca colisionan, sino que se influencian unos a los otros en continua simbiosis.

El pasado domingo, y en la ya tradicional fiesta de fin de temporada del Dojo Shizen de Nanbudo que se celebró de nuevo en el bonito entorno del embalse de Barasona, tuvimos la oportunidad de disfrutar una jornada marcial que discurrió en torno a tres artes marciales: Karate, Tai Jutsu y Aikido. Tres artes marciales tan distintas en cuanto a fondo y forma entre si y, al mismo tiempo, tan próximas en cuanto a filosofía marcial. En las cortísimas dos horas que duró el evento, nuestro Nanbudo se encargó de rodearlas dándoles un nexo de proyección, una unidad de Do.

Esta fiesta de final de temporada quiso serlo además de broche final para el programa de los Encuentros Marciales (Deai bunka Budo) que exitosamente se ha celebrado paralelo a la temporada del Dojo Shizen.

Y sin más, comenzó el evento: Zarei y Nanbudo mitsu no chikara: 

FUERZA… CORAGE… CONVICCIÓN…

FUERZA (CHIKARA)…

El Karate, y en el estilo del Gôjû Ryû presentado por Roberto Rodriguez, fue el punto de partida del encuentro. Comenzó explicando brevemente la procedencia del Gôjû Ryû creado por Chojun Mijagi, alumno a su vez Higaonna Kanryo creador del Sorei Ryû (Naha-te). Dado el poco tiempo disponle, Roberto decidió mostrarnos como en su estilo se combina lo duro o externo (Gô) con lo suave o interno (Jû) a través del trabajo de dos de sus kata más representativos: Sanchin y Tensho. Ambas se ejecutan en la emblemática posición de Sanchin dachi o posición del reloj de arena.

Sanchin (nuestros Sanpo Sho y Dai) se interpreta como “los tres tesoros”. Su nombre se liga con la posición en que se realiza, también se traduce como “tres pasos, tres técnicas o tres batallas” sus kanji hacen referencia a la eterna lucha del hombre con el Cielo, la Tierra y consigo mismo. Este es el kata de las trilogías por excelencia, tres triángulos formados por: los brazos y hara, el hara y las piernas en el asentamiento o enraizamiento con la tierra y, la cabeza (espíritu o cielo) y la posición de los pies sobre la tierra. Kata básico y fundamental en muchas escuelas por su importancia para desarrollar la potencia, la concentración y la fuerza; facilita además la estabilidad, la coordinación muscular y el dominio de la respiración. Ésta es sonora y abdominal, ibuki, aunque en el Gôjû Ryû suele ser Ibuki sankai (más concentrada y ruidosa)… también en Nanbudo (Sanpo Sho o Sanpo Dai puede trabajarse de esta forma). Se aprovecha al máximo la capacidad pulmonar, inspirando por la nariz, comprimiendo con el diafragma los intestinos y contrayendo los abdominales. Representa lo duro (Gô).

A continuación trabajos kata Tensho, similar a Sanchin pero más corto, ahora la respiración que sigue siendo ibuki, es más natural, representa lo suave o blando (Jû). Si Sanchin favorece más a una potenciación muscular, trabajo externo, Tensho enfoca a un trabajo interior, al desarrollo del Ki. Tensho hace referencia a una técnica de agarre (kakete); alterna los movimientos suaves con los fuertes sin la concentración permanente del anterior y la posición de ejecución sigue siendo sanchin dachi.

Roberto, compañero mío de Karate, tuvo un trato exquisito con nosotros y supo mostrarnos magistralmente su estilo. Sabía que era un excelente karateka, ahora se que es un excelente profesor que destila karate por los cuatro costados.

CORAJE (YUKIDA)…

Tras el Gôjû Ryû, llegó el turno para Agustín Subías. Director de la Escuela de Karate de Fuentes de Ebro, está vez nos ofreció una pequeña demostración del Tai Jutsu, disciplina que también practica en su Dojo. Con su excelente maestría a la hora de impartir sus clases, en las que combina perfectamente la seriedad propia que requieren las técnicas a mostrar con ese toque de humor que tanto le caracteriza, nos dio un pequeño resumen de la historia del Tai Jutsu.

Tai Jutsu es una forma del Jujutsu, uno de los estilos más antiguos del Japón. Un sistema de defensa personal o Goshin que se enriqueció con numerosos componentes del Yoseikan Mochizuki Dojo. El maestro Miniru Mochizuki, a quién se atribuye en parte su creación, lo trajo por primera vez a Europa sobre los años 50, siendo su discípulo Jim Alcheik el encargado primeramente de su expansión. Tras la 2ª Guerra Mundial, cuando Japón estaba perdiendo interés por sus artes marciales tradicionales, en Europa, el Nihon Tai Jutsu se convirtió en un arte marcial más completo (Budo), bajo la influencia de Jim Alcheik y su alumno Roland Hernaez. A la muerte del primero, Roland Hernaez tomó la dirección del estilo y completó su difusión hasta lo que conocemos hoy.

Agustín, los mostró con unos ejemplos como deshacernos y defendernos de agarres o ataques de un agresor dirigidos a nuestra cabeza. Resaltó la importancia del estado de alerta ante un ataque, de la reacción anticipada antes de que ese ataque llegue a su destino o, una vez que este ha podido sorprendernos, actuar antes de que el ataque o agarre pueda llegar a situarnos en una situación precaria o de indefensión. Soltarse, reaccionar, controlar la situación cuando ya somos nosotros los que hemos pasado nosotros a estar en situación de ventaja y la finalización del acontecimiento de agresión.

CONVICCIÓN (SHINENDA)

Y llegó la hora del arte marcial espiritual por excelencia: el Aikido. A nadie le suena a extraño el nombre de Morihei Ueshiba, el creador del Aikido. Miguel Labodia prefirió sentar la presentación del Aikido a través de ese espíritu  de armonía que se inicia ya desde el saludo inicial con la práctica de mokuso. 

Tenemos dos “Yo” en nuestra cabeza, uno que siempre está hablándonos… continuamente produciendo pensamientos que nos ocupa la mayor parte de nuestro tiempo; y otro “Yo” más fuerte y potente que está debajo y que verdaderamente es el encargado de acallar  al anterior. En el mokuso, que se hace siempre a principio y final de cada sesión, debemos tratar de callar a ese molesto “yo” que siempre nos está hablando, y dejar florar al segundo.

Aikido nos enseña a ser “uno” con el adversario, se realiza mediante la mezcla con el movimiento del atacante y redirigir la fuerza del ataque en lugar de oponerse a él frontalmente. No requieren sus técnicas el uso de nuestra fuerza física, ya que se trata de conducir el impulso del ataque con entradas y movimientos de giros, para después completar con las acciones de control propias de este arte.

Practicamos ikkyo y kote gaeshi tanto en forma de omote o de ura. 

Siempre que he tenido la oportunidad de practicar alguna sesión de Aikido me han quedado grabadas siempre esas sensaciones de serenidad, espiritualidad, exquisito respeto y paz con la que se desenvuelven los profesores que las imparten. He tenido el privilegio de conocer a reconocidas personas que imparten Aikido en nuestra Comunidad, y Miguel Labodia, a quién no conocía anteriormente, me aportó esos mismos sentimientos. Excelente su muestra de Aikido.

NANBUDO: NAMUTAITANHANDANSEINOSEI.

Hemos podido observar a lo largo de esta sesión, en la que el Nanbudo expuesto por Sergio Medina, hizo el papel de envolver en un círculo mágico esta mañana de trilogías dentro de trilogías.

Sergio, usando distintas acciones de algunos randori como ichi no kata, irimi y sotai irimi, trató acertadamente de asemejar que lo mostrado por este trío de profesores marciales tiene a través de sus distintos enfoques la búsqueda de un mismo objetivo. Ellos nos mostraron en global como se combina lo duro y lo suave, la reacción y la eficacia, el cuerpo y la mente… todo unido con un denominador común como es la respiración y su relación con el ki. Esta vez, el Nanbudo fue el arte encargado de permitir ese acercamiento a la apertura… al Budo. 

Nuestro arte, el Nanbudo, a su vez contiene esos tres aspectos que todo arte marcial debe tener: Bu do Ho (estudio marcial en si), Ki do ho (el camino de la energía que todo lo envuelve) y el Noryoku Daihatsu ho (la filosofía, la meditación, los valores de la persona a través de la practica de la espiritualidad).

Por eso, además de su aspecto tradicional, la sesión finalizó en el agua, el elemento clave en nuestra vida. La tierra es quien nos sustenta y donde en su naturaleza emerge el Ki que nos rodea e impregna; el aire, nos envuelve aportándonos el imprescindible oxígeno que nos da vida; y el agua, ese elemento referido es igual de vital para subsistir, entre un 65 y 70% de nuestra masa corporal es agua. En ella realizamos los kata Sanpo Sho (en comparativa con el sanchin) y Seienchin, la tregua tras la batalla… la calma tras la tormenta.

Tras el mokuso y la realización del mantra del Nanbudo, el saludo final.

Escribiendo esta crónica de la inolvidable sesión, me llega un correo de Agustín Subías con el que deseo ultimar la misma: “…fue un día de los que hacen historia, lo pasamos genial y con ganas de repetir… sin duda una jornada de Budo y amistad que con la que está cayendo es un ejemplo para muchos de que las cosas funcionan cuando hay amistad y voluntad de por medio, MIL GRACIAS SERGIO POR SER TU EL NEXO DE TODOS”