TAO, LA CREACIÓN (II): LAS CINCO ETAPAS ANTERIORES

TRADICIÓN ORIENTAL EN RELACIÓN CON LA CREACIÓN Y LAS ARTES MARCIALES. 
LAS “CINCO GRANDES ETAPAS ANTERIORES” Del WÙJÌ al TÀIJÍ (TAICHI). TÀICHŪ. “UNO”.
El “Xiāntiān wǔ tài” (先天五太, (literal: Los 5 grandes tiempos anteriores) como filosofía taoísta representa la transición de Wújí (無極 o无极: no-polar) en cinco etapas anteriores al nacimiento del mundo. Estas 5 etapas son: Tài Yì (Gran cambio太易); Tàichū (en el principio太初); Tai Shǐ (Gran comienzo太始); Tai Sù (Gran elemento太素); y Tàijí (太极 Gran Polarización).

Esta teoría o tradición del “Xiāntiān wǔ tài”, explicada o defendida por los taoístas chinos Zhangshan Yuan y Lièzǐ o por el confucionista Zhou, donde se considera que Wújí (contemplando o no las etapas de transición) es la “Nada absoluta” o un estado “no-polar”; pero para la física en cambio, se sostiene la consideración que el problema de la “nada” es en realidad un problema de semántica. La físicos crean el concepto de la “nada” a partir de la experiencia del espacio como vacío, pensando que en ese espacio entre la materia nada ocurre, o nada se genera. Pero la “nada” como tal no existe. 

Tài yì (太易: Gran cambio o cambio más extremo). Tài yì para la filosofía taoísta representa la transición de Wùjì (la Nada, sin polaridad) para el nacimiento de la primera fase del mundo, es sólo la gran nada del estado del universo. También es entendido Tài Yì como la fase sin aliento, sin energía vital. Otra interpretación es: Y Dios fue el principio, o el principio de (creado por) Dios, en alusión a la primera época del Génesis.
Zhangshan Yuan (en la万法通论: Teoría de la Ley Espiritual) dijo: Tài yì es como el Yin-Yang sin cambios, como restaurar un Vacío desierto, sin luz ni semejanza, invisible y sin nombre. Utiliza Tài yì para referirse a la diferenciación del Yin y el Yang que aun no han aparecido, como una inmensidad sin límites del Abismo primigenio, cuando en esta etapa sin luz no hay imágenes, ni forma, ni tiene nombre. “¡Oh, silencio invisible… Oh!: a esto se le llama Tài yì”. Tài yì inicia todos los fenómenos, pero todavía no ha llegado la energía. 

Hemos visto que para la física la “nada” como tal no existe; pero esto es algo que puede observarse en el espacio vacío, del cual surgen inevitablemente lo que se conoce como “partículas virtuales”, las cuales constantemente se crean y se destruyen y pese a que no son observables directamente, los efectos que generan si lo son. Este es el alineamiento curioso de la física con la etimología de la palabra “nada”, sugiriendo, en otro plano, que la “nada” es nacimiento o un proceso de nacer.

Tàichū (太初en el comienzo o en un principio). En la filosofía taoísta representa la masa informe, sólo hay un prana* (soplo de vida) innato, más primitivo que el estado caótico del universo. 
El “Tài Shàng Lǎo Jūn kāi tiān jīng” (太上老君开天经: ”El día después del Altísimo Lao Jun) se dice, según análisis de la Teología Taoísta, que Tài Shàng Lǎo Jūn (Dios del Taoísmo) creó el universo y la historia de la humanidad, sirve esto para creer que el Tàichū taoísta se corresponde con el principio de la segunda etapa del Génesis.
Lièzǐ (列子) dijo que a partir de la fase Tàichū es cuando también se puede ver la presencia de energía, es cuando la energía comienza a emerger. Zhāng Shànyuàn (张善渊) en cambio, considera matizando que: Tàichū, es tan sólo de nombre, ya que aunque el cambio tiene gas (energía), éste no es manifiesto o visible, como se dice, porque en Tàichū la energía es comienzo y la “no-forma” también. Es con los cambios del Yin-Yang** cuando aparece la energía sin embargo, no hay imagen. Tàichū es el comienzo de la fase de la energía sin que aparezca la forma***.
Notas: *Se entiende como prana a la respiración en un sentido de vida. **Es la segunda etapa de la transición de Wu (Mu) o la “Nada” hacia un mundo todavía no-polar. ***También se entiende como el “Aliento Inicial” lo que podría encajar justo al momento inicial de la singularidad del Big Bang, por lo que Tàichū se podría ubicar anterior a la aparición de la primer fuerza: la gravedad, generadora del nacimiento de Gran la polarización. De hecho, en algunas opiniones, Tàichū o “aliento inicial” (Taisho en japonés), se conoce como una fase o etapa de cambio entre “no-ser” (nada, Wu無) a “ser algo” (algo, You 有), se conoce en el ámbito taoísta como Tai Chu o Taisho (aliento inicial, 太初), ambos se complementan entre si desde un punto de vista materialista. 

Los modelos teóricos de Friedmann predicen que, en el principio mismo del tiempo, la densidad del Universo era infinita. A un estado así los físicos llaman “singularidad”, un concepto físico que implica que ninguna ley física puede describirlo. Este problema de la “singularidad” se puede esquivar invocando la invalidez de la Relatividad General para tiempos menores que el tiempo de Plank.
Tomando la posibilidad de que el Universo hubiera tenido inicios más entendibles que la “singularidad”, como que el Universo se iniciase de una forma extremadamente simple como un espacio totalmente vacío, ¡…la materia surgió en algún momento de la “nada”!; y, cierto tiempo después de esta creación “de la nada” se inició, sólo en ese momento, la expansión del Universo que conocemos.
Aunque resulté insólito pensar, el Universo pudo surgir de un espacio vacío sin violar las leyes de la física (que requieren que se conserven ciertas cantidades de carga eléctrica, energía total y exceso/defecto de partículas sobre antipartículas). Si el Universo surgió “de la nada”, su carga eléctrica y su energía total debieron ser nulas, y existir igualdad entre partículas y antipartículas, ya que esto son las condiciones del vacío primordial.
Según la mecánica cuántica, el vacío no está realmente vacío sino lleno de partículas y antipartículas “virtuales”, que se crean y destruyen fortuitamente; en una región microscópica un electrón y un positrón pueden surgir de súbito y se destruyen casi inmediatamente en un tiempo muy corto como para que puedan ser detectados… a esto se le denomina “fluctuación cuántica”. Así, bien podría ser que el Universo mismo fuera una fluctuación quántica del vacío.
Tai Shǐ (Gran comienzo太始). Tai Shǐ es la tercera etapa de las transiciones “Xiāntiān wǔ tài” y representa para la filosofía taoísta un estado donde no existe sustancia alguna tangible, no hay sensación visible, pues estamos ante el estado original del universo antes de la creación del mundo: el comienzo de la forma.
Zhāng Shànyuàn dijo: Tai Shǐ simbólica al coito del Yin y el Yang, como un intercambio o mezcla para combinarse. Y como resultado de esa mezcla nace una “forma” (un “algo”): aunque de “representación”, no de fondo (principio de la forma, pero no la “calidad” de forma: hay forma pero sin una etapa inicial cualitativa).

Tai Sù (Gran elemento太素). En la filosofía taoísta Tai Sù representa al mundo abierto en un estado del universo anterior a la aparición de la sustancia original. Es la cuarta etapa de la transición desde el Wùjì (“nada” o estado “no-polar”) al mundo antes de su nacimiento. Podría interpretarse como el momento del “parto” o “alumbramiento”.
Lièzǐ (列子) lo define como el comienzo de la masa. Sobre esto Zhāng Shànyuàn piensa que Tai Shǐ es el cambio y la conformación, mientras que se llama Tai Sù a la forma que tiene una naturaleza o propiedad cualitativa aunque no convertida en cuerpo todavía*.
Nota: *Tai Sù es también el cambio que comenzó a formar, donde hay cualidad tangible aún no adulta, o sea: Tai Sù es la calidad de la etapa inicial aún no adulta.

Tàijí (太极 Gran Polarización). Tàijí, en la filosofía taoísta el Yin y el Yang representan el mundo que se abrió ante el estado cósmico indiferenciado. El término Tàijí fue visto o usado por primera ver en la obra “Copulativa” de Yì Chuán o Yìzhuan (易传 系辞上). Este concepto influyó más tarde en el confucianismo, el taoísmo y otros géneros culturales chinos.
Durante la dinastía Song, en la inauguración o apertura de su libro confuciano “Diagrama del Taichi” (太极图说), Zhou (周敦颐) dijo: “Wújí y Tàijí”. Esto es lo que comenté a la Ciencia en referencia al significado de la palabra “Wújí”. También puse juntos a los conceptos “Wújí y Tàijí”. Entonces en “Mapa innato del Tàijí” (“Xiāntiān wǔ tài” 先天五太) del “comentario taoísta” que habla acerca de la visión del universo argumentado en cinco etapas de Yi Wei (易纬 o易纬乾凿度) y Lièzǐ (列子) son conceptos relacionados introducidos en las ilustraciones de Tàijí.
El vasto universo de todas las cosas y los fenómenos se incluyen con el yin y el yang. Y los dos luchas antagónicas entre ellos y la relación mutuamente.

Artes Marciales. Podemos tratar de imaginar el hacer coincidir las distintas transiciones polares que describe la tradición taoísta descrita, el los momentos previos al combate o la ejecución del kata: tanto en los modos tradicionales como deportivos de ambos.

Las 5 etapas de evolución, son aparentemente abstractas y demasiado esotéricas, pero en la vida real todavía tienen un gran valor. Para cada una de estas fases o etapas taoístas Tai Yi, Taichu, Tai Shi, Tai Su y Taiji o Taichi… se les puede establecer una correspondencia con los conceptos o modelos propuestos de: Espíritu (Alma o Dios), Gas (Chi, Ki o Yin-Yang), Forma, Expectativa (o Calidad), y Cuerpo respectivamente.
Hoy día, por ejemplo, el trabajo y por ente el producto, son unas constantes que marcan de devenir de nuestros días o vidas. En la Artes Marciales, el trabajo continuo de la técnica será lo que nos conduzca a llegar a ser unos expertos mejor o peor cualificados, a llegar a ser ese “producto” ideal; pero las Artes Marciales además, no sólo educa el físico o técnica, también nos enseña a conseguir un estado mental acorde. Por ello resulta conveniente encajar las tradiciones taoístas y los conceptos espirituales nombrados, con el fin de tener una idea un poco más clara con la comparativa presentada en la imagen. En teoría, podemos dividir las distintas formas o modelos de trabajo o producción igualmente en cinco etapas para establecer la concordancia, desde el interior hacia el exterior, del Yin al Yang. 
Nota: Trabajo o producto, además de las variables sociales, puede servirnos como un símil de la formación del alumno o estudiante en el concepto marcial.
El trabajo o producto básico (establecimiento de la base) (Héxīn chǎnpǐn, 核心产品). Se produce el núcleo o la parte más importante, la idea. El Tài yì inicia todos los fenómenos, pero todavía no ha llegado la energía; es el proceso de nacer, la formación de ese núcleo o idea, que todavía no se ha producido. Es cuando la persona tiene la idea de desear la práctica marcial, pero todavía no ha ingresado en un Dojo o gimnasio. Las artes marciales, por ejemplo, como producto principal, apunta a los intereses de sus practicantes y proporciona la utilidad básica del producto.
Cuando el futuro practicante hace de la idea la intención, e ingresa en el Dojo, comienza en la etapa básica, principalmente consistente en mostrarle en que consiste el arte que ha elegido e inmediatamente involucrarle en el trabajo o formación de base (Kihon 基本; Chi Pen Kung基本功).

Se produce la formación (Xíngshì chǎnpǐn, 形式产品). Decíamos que Taichu era “en el principio o un soplo de vida innato”; es la fase del Gas (Chi o Ki), que en este caso hace más referencia a una formación del Yin-Yang, pero el cual aún no se ha formulado. Ahora estaríamos en la etapa productiva de cuando la forma comienza a emerger, pero no hay forma todavía.  En el Estilo o Escuela Marcial correspondiente, es cuando al alumno se le empieza a involucrar con los primeros encadenamientos o combinaciones elementales de la técnica y, que le lleva al primer contacto con la Forma o Kata, pero en un nivel inicial, elemental, básico: Taikyoku, Shihotsuki, Shihotai, Forma Sencilla, etc.; y al trabajo en pareja encaminado a los primeros pasos de combate, Ippon Kumite (一本組手), o Randori (乱捕り) y Tuīshǒu (推手, empuje de manos) elementales.

El producto deseado: expectativa y esperanza (Qīwàng chǎnpǐn, 期望产品). Tai Shi se entiende como “el comienzo de la forma”, es el paso de algo que se estaba formando a algo que ya tiene forma o definición pero que todavía no tiene la cualidad como tal. En el Arte Marcial es cuando se toma contacto con la Forma Básica: Kata Pinan, Heian o Heiwa; o primera toma de contacto con las Formas de 24 o 28. En combate se profundiza hacia el Sanbon Kumite, formas de Randori o mayor profundidad en el Tuīshǒu. Aquí el estudiante va adquiriendo mayor grado de confianza en si mismo y se centra en expectativas o esperanzas de futuro progreso. Para el docente, esta es una etapa crucial, debe estar atento a las inquietudes del alumno ya que, cualquier desánimo puede hacerle abandonar la práctica.

Ampliación del Trabajo o producto (extensión del conocimiento) (Yánshēn chǎnpǐn, 延伸产品). Etapa filosófica del Tai Su o “Gran elemento”, estamos ya ante la forma que ya tiene una naturaleza o propiedad cualitativa, aunque no forma cuerpo todavía. En las Artes Marciales, estaríamos alrededor de la etapa del “cinturón negro”. El estudiante ha adquirido los conocimientos de base de su arte marcial, tanto en combate o Tuīshǒu como en la Forma o Kata. Se halla en un período en el que debe ya buscar la Aplicación o Bunkai de las técnicas o de la Forma o Kata para desarrollarlas en el combate o en la defensa personal. También, es una etapa en la que no sólo tiene importancia los aspectos físicos, sino que debe tratar de involucrar en su técnica los Conceptos o Principios filosóficos propios de su escuela o estilo. El “cinturón negro” es signo de “alumbramiento”, de nacimiento hacia la personalidad propia. Hasta ahora, irremediablemente, ha ido de la mano de su profesor o maestro… a partir de ahora, aunque seguirá contando con las instrucciones y enseñanzas de su mentor, el practicante deberá aportar sus propias inquietudes, su afán de investigación, un deseo de autoformación añadida. Si esto no sucede, siempre será como una marioneta en manos ajenas, algo no habrá funcionado del todo correctamente en el desarrollo de las fases anteriores.

Producción del potencial (el "desaprender") (Qiánzài chǎnpǐn, 潜在产品). Taiji (Taichi, 太极) simboliza en principio generador supremo. Es el interjuego de las fuerzas duales Yin y Yang, que formó todas las cosas (el universo) de origen; incorpora además la presencia de nuestro mundo tal como ahora lo concebimos, la presencia del hombre, de la persona. En las Artes Marciales, este período representa ya al practicante formado en los aspectos técnicos y fundamentales de su escuela; es la etapa de los grado “Dan” en la mayoría de los estilos o disciplinas: el momento en que al practicante se le abre el mundo de su autorrealización, de la comprensión técnica y de valores, de la comparación, investigación, interiorización, profundización… Cuando su Maestro se convierte en Guía, pero es él quien debe afrontar el grado superior de su continua formación: el momento del “desaprender”, de abrir la mente a nuevos conocimientos para mayor enriquecimiento, crecimiento y creatividad. 
EL BIG BANG. La hipótesis o teoría del Big Bang o la “Gran Explosión” que se utiliza para explicar el origen del universo resulta ser la más aceptada por la sociedad científica hoy en día. Según ella, hace unos 14.000 millones de años se produjo una singularidad o paradigma en forma de gran explosión que dio lugar al espacio, el tiempo, la energía y la materia. También se dice que la Gravedad fue la primera fuerza en manifestarse como tal, además del Hidrógeno, que se formó también inmediatamente después de ocurrir aquella explosión inicial.

Pensando que el universo está en expansión, se puede considerar que el origen del tiempo es el Big Bang, ya que anterior a él los tiempos previos no estarían definidos. Los creyentes pueden imaginar que Dios creó el universo en el instante del Big Bang, pero no antes ya que la expansión del universo limita cuando pudo haberse originado.

Cuando surge la singularidad del Big Bang, se pasa de la nada más absoluta al todo. Pero este “todo” es tan sólo un punto infinitesimalmente pequeño, con una densidad no imaginable y extremadamente caliente. Nos hallamos ante un punto de pura energía.  Es difícil tratar de comprender que ese punto de energía tan pequeño y a la vez, digamos, tan potente pudo crear toda la masa de nuestro universo como lo conocemos hoy y que, además, partiese de una “nada” absoluta. La gravedad tuvo un papel increíblemente importante: contribuyó a definir la forma y contenido del universo; pero si no hubiese sido por su exactitud esto no hubiera sido posible, ya que con un poco menos de su fuerza la materia se disgregaría enseguida y no se hubieran formado las galaxias… con un poco más de fuerza, no se habría formado el universo, los “black holes” (agujeros negros) se habrían engullido toda la materia. En una fracción de segundo tras la aparición de la gravedad, surgió una onda de inmensa energía que dio lugar a la expansión del universo.

Numerología Taoísta: El “1” (uno, Tài Yì (太易), 一 Yi, ichi en japonés). Representa el orden, el único Tao (Dô): Uno crea el 2, Dos crea el 3 y Tres crea todas las cosas. En otras culturas: Se refiere a los comienzos y a la pureza en general; simboliza los dos tipos de acción: la física y la mental; es la energía en estado puro. 
“1” es también la base, el símbolo de la unidad es el punto matemático imperceptible, arbitrariamente situado en la intercesión de dos líneas o en el centro de un círculo, el que engendra la línea que se desplaza en el espacio y crea la superficie que da la idea de la tercera dimensión, como mejor símbolo de la unidad. Este punto es el “1” en vías a engendrar todas las cosas. La Totalidad o la Realidad fue compara en la antigüedad con el centro de una rueda, del que parten los radios que suponen las realidades sensibles sosteniendo la circunferencia. Cada una de estas realidades sensibles está en constante interdependencia, ya que el “1” o centro, domina el espacio y el tiempo, mientras que los seres múltiples se sumergen en el flujo del devenir.

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