FRANQUEZA. 率直 SOTCHOKU



En Japón, y sobre todo en el Japón medieval la franqueza era algo así como la carta de presentación de una persona. Hasta tal punto era importante el hecho de ser franco que, en ocasiones se entregaba la vida en ese empeño: no dudaba el samurai o el vasallo en su franqueza fuese cual fuese las consecuencias que ello conllevara.


Incluso entre la población nipona, tanto desde el estatus de la casta samurai como de la plebeya, tanto si se estaba dentro del ámbito del Bushido como si se era independiente de él, una forma de reconocer al enemigo o al forastero, máxime durante la Era Edo, era el observar si en la persona en concreto se podía apreciar o no la "decencia de la mente abierta"... esto es la "franqueza".

Para los occidentales, franqueza procede del vocablo alemán "frank" que se entiende como "libre". Se trata de la libertad que tiene aquella persona que cuando se expresa no trata de ocultar cuanto sabe, piensa o incluso siente.

Podría compararse a la virtud de la sinceridad, pero la franqueza es mucho más intensa pues no posee ningún tipo ni impedimento hacia la barrera de la verdad.

A través de la franqueza, la verdad es expuesta de modo abierto y sin ninguna clase de ocultamiento... impidiendo el no responder, ya no se trata del "no mentir" sino del desnudamiento puro y profundo del alma de uno ante el otro, sin omisiones. Se aplica incluso ante uno mismo, reflexivamente...

Todas las virtudes son ideales difíciles de alcanzar: nadie puede decir de si mismo "yo soy franco... yo soy humilde...", etc. Ni tampoco nadie que pretende cultivar esas virtudes debería dejar que otros las expongan por él.

La franqueza, como toda virtud, debe ejercerse con moderación. Todos los extremos contradicen la virtud, máxime el ser franco: que puede llevar al vicio de la crueldad: no es necesario a un moribundo revelarle los pormenores de su agonía. Hay que discernir entre sinceridad y morbosidad o crueldad.



Franqueza y honestidad caminan de la mano. La honestidad es la virtud del honrado, decente y justo... o sea, franco.

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