ONDAS DE CHOQUE. SHÔGEKIHA. Shinpôki conceptos.
Hablamos en un post anterior del concepto “Tonos Opuestos, Sôryoku o Zheng Lì” y de la “Lucha de Fuerzas, o Erzheng lì o Nisôryoku”. Veremos que para el “Zheng lì” supone ser quizás más apropiado, entre otros ejercicios, los relacionados con el trabajo del Shôshûten y del Daishûten. Mientras que para la “Lucha de Fuerzas o Nisôryoku” creemos que uno de los más acertados métodos (Hô) es el que a bien nos viene nombrar como “Onda de choque” (衝撃波, pinyin: Chōngjíbō; romanji: Shōgekiha).
Onda de choque o Shôgekika, es un trabajo mayormente también cognitivo. Se trata de imaginar una fuerza que viene o parte de nosotros, tal como una ola lo hace sobre la arena de una playa; o también como si abrazáramos entre nuestros brazos un balde de agua y lo moviéramos tratando de provocar un oleaje: si esto último lo hiciésemos de una manera real, podríamos notar el “empuje” de esas “olas u ondas” hacia nosotros, hacia afuera o hacia los lados en dependencia de la dirección del movimiento impuesto. Pero decimos que lo usamos como un trabajo de la “mente/intención o Yi”, con varias finalidades, entre las que destacan: fortalecimiento físico y mental, mejora del enraizamiento, potenciación de la estructura corporal, vigorizar y/o tonificar-sedar centros energéticos, preparación hacia la meditación externa, etc.
Podemos realizar el trabajo de dos formas que denominamos externa o grande y pequeña o interna (Yang o Yin). Aunque la sensación y concepto del Yin-Yang se hallan en las dos. Su desarrollo o entreno es sencillo, su fin, con continuidad en el tiempo refuerza aquellos conceptos de “tonos opuestos o tono de estructura” y del “ceder voluntariamente” en el otro concepto de “lucha de fuerzas” para conseguir que una de ellas alternativamente, resulte dominante por momentos.
El ejercicio de Shôgekiha Yang o externo es “ver”, desde la “posición abrazo del árbol del Chi Kung” por ejemplo, una ola u onda de agua imaginaria que partiendo desde las palmas de nuestra manos llega hasta el pecho, se introduce con su “fuerza o energía” por la “boca del cono delantero” del centro energético” elegido; hasta que ese ímpetu o energía, llegue hasta él, para luego, que prosiga hasta la “boca del cono trasero”, donde choca y comienza su movimiento de retorno deshaciendo el camino de nuevo hacia las palmas de las manos. La “entrada o ida” de la onda es un movimiento Yin, de contracción y de inspiración: donde la “entrada delantera del chakra” se “abre” en su máximo contorno, mientras la “entrada trasera del chakra” se “cierra” al máximo permisible. La “salida o vuelta” lo es Yang, de expansión y de espiración: ahora la parte posterior del chakra se relaja y vuelve a su “abertura” normal, mientras la parte delante, tiende a “cerrarse” lo suficiente para incrementar presión y la fuerza o energía que regresa hacia las palmas de las manos porten la cantidad que “Yi” o “mente/intención” así determinada. El ejercicio completo y su número de repeticiones o de tiempo de práctica, aportan unos movimientos interesantes de “tonificación y sedación” de un centro energético determinado o de todos en general, es sencillo de realizar y sus aportes físico-mentales importantes.
Por su parte, al que denominamos ejercicio de Shôgekiha Yin o interno, es el mismo “modus operandi”, sólo que esa ola u onda cognitiva, se realiza dentro del cuerpo humano, atravesando el centro energético o chakra oportuno y… sus alrededores más próximos, con especial énfasis a los “zangfu” (órganos y vísceras) locales y, yendo desde el “tsubo o punto MTC” delantero al trasero y viceversa..
En ambos casos, “Ondas de choque” tanto en su forma Yang como Yin, debemos observar que se están cumpliendo las cuatro relaciones del concepto Yin-Yang: oposición, interdependencia, equilibrio mutuo y transformación. Al mismo tiempo que esa “onda imaginaria” llega a su final con todo su esplendor, crea un vacío tras su avance. Y todo vuelve como al inicio de nuevo en el ciclo contrario: a una plenitud le corresponde un vacío… a un vacío una plenitud. Se oponen y dependen, se equilibran y se transforman. Cuando veamos el trabajo en cada zona corporal donde se ubican los principales centros energéticos, iremos viendo sus oportunas posibilidades e influencias.
De una forma aproximada, el componente de agua del cuerpo humano es de un 75% al nacer y sobre un 65% durante la edad adulta. El agua y el aire, suelen ser símiles muy utilizados para referirse o explicar comportamientos tanto a nivel de circulación o uso del Ki o energía interna, como de los desenvolvimientos o desarrollos de determinadas acciones o gestos técnicos.
Durante un curso con un conocido Maestro japonés, éste, vino a explicarnos: “Debemos sentir el cuerpo como si en su interior estuviera lleno de agua: como si fuera una botella medio llena de agua que, si la movemos o agitamos, veremos cómo se produce un oleaje en su interior y en el sentido que corresponda. Se crea una “plenitud” en forma de “cresta de ola” que va de lado a lado según su inercia y dejando un “vacío” tras de sí exactamente opuesto a dicha plenitud. Esta imagen de la ola u onda, es coincidente con la circulación del Ki cuando realizamos un movimiento corporal o imaginamos hacerlo… y como tales movimientos corporales entendemos igualmente todas las técnicas de las artes marciales o métodos de salud”. Luego prosiguió: “tenemos casi olvidados los centros energéticos o chakras. Y éstos son muy importantes de trabajar, de hecho, ellos marcan el punto de origen de toda técnica. Tener constancia de nuestro “líquido corporal” como imagen, es primordial; constancia de que el movimiento se genera en la columna (donde se ubican los chakras) y que todo lo demás, todo lo que viene a continuación… es acompañamiento. Shôshûten: cuando sube el líquido hacia arriba por detrás (plenitud, inspiración, contracción, movimiento Yin) al mismo tiempo baja por delante (vacío)… cuando el líquido llena por delante, vacía por detrás (vaciado, expansión, espiración, movimiento Yang). Visión del “oleaje” siempre, esto es importante; igualmente hacia los lados, hacia delante y hacia atrás, en movimiento… siempre”.
Quienes además, practicamos Nanbudo, sabemos que tenemos un apartado que denominamos “Kidôhô” donde se trabaja y practica la parte energética y de salud. Por eso no tenemos que ir demasiado lejos para ver que todo esto que estamos hablando, forma parte de nuestra escuela, pero no sólo del referido “Kidôhô”, también del “Budôhô” o parte marcial y del campo de su filosofía y meditación. Sin ir más lejos, acerca del contenido de este post, nuestro Maestro Sergio Medina, explicando “Nami” (La Ola: una de las imágenes del Ki Nanbu Taiso, nuestra gimnasia particular) explicó: “nuestro cuerpo y piernas es el mar, o el océano en sí: donde se almacena toda nuestra energía y fuerza. Nuestros brazos son las olas: quienes conducen todas esas fuerzas y energías hasta su misma cresta. Y ya nuestras manos o puños, son los finales de esa cresta de la ola… que llegan hasta el impacto, hasta el fin de su recorrido, pero que aún, con las últimas gotas de su agua, tiene la fuerza o energía de ir más allá aunque sea en forma de espuma. Hay que sentir esto como parte de la imagen…”
Todo arte marcial o práctica de salud se basa en los principios del Yin-Yang (Onmyô). “Onda de choque” (衝撃波 Shōgekiha), es una energía que potencia la estructura general corporal, pero quizás, donde más se aprecia es en los brazos. En ese círculo estructural, como por ejemplo en que se forma entre ellos en el “abrazo del árbol”. Hablamos de un potencia expansiva (Yang), ya que viene hacia nosotros o parte de nosotros; lo que sucede es que la entendemos como contracción (Yin) cuando se genera hacia nosotros por aquello de que la recibimos o aceptamos, aunque para quien la emite es Yang o expansiva. Sin en lugar del símil del agua, usamos el del aire, cuando viniese esa corriente de aire hacia nosotros sería un movimiento de contracción, de inspiración (Yin) y, cuando la lanzásemos, de expansión o espiración (Yang).
A esta forma de fuerza en Taichi chuan la denominan Peng-jin (掤勁, pinyin: bīng jìn, romanji: hyōkei) y su pauta es no perder la potencia expansiva en los brazos y la capacidad de superar la adversidad. Se basa en la relajación muscular, el uso de la mente-intención y el mantenimiento de la estructura (Qigong). Existen varias interpretaciones para “Peng” desde la más literal que es “carcaj” (para las flechas) o “para tirar de algo”. El ideograma Bing (掤) se compone de “扌(mano) y朋 (amigo) ”, luego, junto con el ideograma “Jin” podría entenderse como la “energía que tira de la mano amiga”, pero este término “Peng jin (Bing jin)" se define por los maestros como “el uso inteligente de la fuerza” sin recurrir a la tensión muscular.
En el mundo del Karate se utiliza un término, Kime (極 め) que literalmente se entiende como “decidir” pero que entendemos como “conclusión y/o final”. Esto es muy resumido, ya que existen casi tantas definiciones como maestros para este término, la más usada es: “energía que debe ser capaz de aplicarse en una técnica para que sea eficaz”. También podemos entender que Kime es la forma de canalizar el Ki o de proyectarlo, aunando los tres grandes contenidos del Sanmi ittai: cuerpo (fuerza física), mente (energía interna) y espíritu (intención). Pero repetimos, no es este post para entrar en esto, aunque es un tema muy interesante. Lo que sí pensamos es que el trabajo de “Onda de choque o Shōgekiha”, contribuye a potenciar este concepto de trinidad marcial o de salud.
El trabajo del Kihon y el estudio de la biomecánica son fundamentales en el desarrollo técnico y práctico de las AAMM.
Por un lado la denominada “biomecánica” se fundamenta en la eficacia (resultados y/o objetivos), la eficiencia (consecución de logros con los mínimos recursos) y la efectividad (capacidad de la máxima eficiencia con el mínimo trabajo o esfuerzo); y aplica los métodos mecánicos analizando las acciones de las fuerzas a través de los sistemas biológicos y el estudio de la estructura.
Por su parte el Kihon (基本, en pinyin: Jīběn, aunque, en el Taichi chuan se le denomina 基本功, Chipen kung) se entiende como “la raíz, la base, el fundamento, el estándar” y suele estar referido a una serie de técnicas o combinaciones de ellas que se realizan como ejercicios continuados y/o repetitivos a fin de un refinamiento técnico y mejora de cualidades como aceleración, velocidad e incluso fuerza; puede abarcar todo tipo de niveles técnicos o de práctica, y normal e igualmente, se le considera como el “trabajo de base”.
Si a cada una de estas dos formas de trabajo que normalmente van de la mano, unimos el trabajo mental de la imagen, como es el considerarnos como un “líquido” que fluye con cada uno de los movimientos o técnicas que ejecutamos repetitivamente en el tiempo, estaremos realizando verdaderamente, un trabajo propio de Shingitai (心技体) ya que, como dijimos, si tu mente o espíritu, “ve” ese líquido avanzar o retroceder en función del determinado movimiento o acción, con ese “ver el líquido” se mueve el Ki o la energía interna. Con la repetición de cada técnica (kihon y biomecánica) puede llegar a conseguirse lo que se ha dado en llamar “memoria muscular”, pero si entrenamos con ese único proceder, sin el trabajo del Ki, fallará después, sobre todo a la hora de poner en practica la técnica. De aquí las sorpresas que suelen darse ante el makiwara, saco o situación real.
Concepto, entrenamiento-práctica y alma… deben ir de la mano, unidos,
los “tres formando un uno”:
Sanmi ittai…三位一体
los “tres formando un uno”:
Sanmi ittai…三位一体
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