CHI y ARTE MARCIAL (ART ORIGINAL 2016)

El Chi es una de las cinco sustancias vitales que interaccionan constantemente para crear un fruto: el cuerpo humano. Todas ellas (Qi, Xue o Sangre, Jinye o Líquidos Orgánicos, Jing o Esencia y Shen o Espíritu) son a su vez una expresión de una única cosa: Qi... Chi... Prana... Ki... etc.

Suele ser traducido a menudo como "Energía". Pero si todos los fenómenos del universo, y por lo tanto, del cuerpo humano son manifestaciones de Chi, podemos decir que:
Chi es un impulso, la fuerza que crea y transforma todo... además de dar forma y sustancia a cuanto existe.

Según los clásicos del Taijiquan (Taichi Chuan) se dice que Taiji se genera a partir de Wuji (Mukyoku, la Nada y la No-nada) y que es la madre del Yin-Yang: se divide al moverse... se reunifica con el descanso. En esa "Nada y No-nada" se produce la singularidad de una energía natural no-material (Chi, Tao, Dios) que genera el Yin y el Yang y queda divido todo en dos extremos... a esta polaridad o tendencia divisoria se denomina Taiji. Esta polaridad es la que permite y causa todo el resto de separaciones y cambios habidos hasta el día de hoy.

El Chi circula por todo nuestro cuerpo. Existen varias clases y formas de Chi, pero hablamos de él de una forma generalizada. Ese recorrido se realiza por unos canales que se denominan meridianos, sirviendo de fuente de alimentación a todos los órganos que componen nuestro cuerpo y que se relacionan entre sí. 

El Taichi o Taichi chuan, es una de las disciplinas corporales que intenta, por medio de la fusión de sus posturas encadenadas, de movimientos suaves y respiración adecuada... dar la fluidez de la energía por todo el cuerpo. La respiración, juega un papel fundamental en este cometido corporal, al igual que la imaginación en el cognitivo o la intención en el espiritual o Shen.

Cuando vamos a comenzar la "Forma" (Taolu, Kata) estamos en un estado de Wuji: relajado, sin intención de ningún tipo; dejamos que el cuerpo descanse proporcionalmente sobre nuestras piernas. El Taiji o Taichi se inicia con la generación de la "Intención" que es el momento de inicio de la Forma (Taolu, Kata)... aparece el movimiento, el dinamismo Yin-Yang. Si realizas un movimiento, puedes realizar otro u otros, que a su vez, harán que otros sean también posibles... y lo mismo sucede con los cambios. De aquí, que cada factor que interviene en la Forma, en las distintas situaciones, genera nuevos factores como posibles influencias.

El Taichi Chuan se basa en esta teoría del Yin-Yang, también de los "Cinco Elementos", haciendo que sea fluido, continuo y circular. El Taichi es duro o suave cuando es necesario que sea duro o suave. Las "Trece Posturas" es como en ocasiones también se denomina al Taichi chuan: Peng (desvíar), Lu (ceder), Ji (oprimir), An (presionar), Cai (tirar o agarrar), Lie (romper), Zhou (codo) y Kao (chocar) se corresponden con cada uno de los 8 trigramas del Taijitu. Ademas hay otras cinco como, Jin Bu (avanzar), Tui Bu (retroceder), Zui Gu (vigilar la izquierda), You Pan (mirar a la derecha) y Zhong Ding (equilibrio central) que se corresponden con los "Cinco Elementos". Las ocho primeras posturas son los patrones básicos del arte marcial, que se complementan con las otra cinco según el desplazamiento de la fuerza del contrario u oponente.

Es importante tener en cuenta todo esto. Naturalmente, podemos disfrutar con la práctica simplemente realizando sin más la coreografía de la Forma (Taolu, Kata), sin que pongamos ningún contenido, esfuerzo, imagen o sentimiento del Shen o del propio Chi... pero esta forma de realización no nos lleva a nada más allá de la realización de un ejercicio deportivo-gimnástico... prácticamente, no nos lleva a nada más, no conduce a conseguir un perfeccionamiento o progresión como el arte marcial que es. En el caso de practicar la Forma de este modo, no producirá beneficio alguno marcial ni de salud, será solamente una "Forma vacía".

La práctica del Taichi, del Nanbudô o de cualquier otro arte marcial, requiere algo más: requiere Cuerpo, Mente y Espíritu... (Tî, Xîn, Shèn... Tai, Kokoro, Shin). El trabajo de base, las biomecánicas del gesto o de las posiciones, etc., son las prácticas o entrenamientos activos o de acción... lo corporal. A esto debe unirse el trabajo mental como la atención, imaginación que produce la idea y fomenta la acción, esto serían los aspectos cognitivos. La Intención (Yi) cabalga a lomos de la mente y del Shen. Queda añadir el deseo de añadir el esfuerzo, la perseverancia, la diligencia... el perseverar... todo ello son el trabajo diario del Shèn o del espíritu. Todo es importante. Taichi es una mezcla del Yin y del Yang que fue generado por el Chi. Sentir el Chi en cada una de las técnicas, de los gestos o de los movimientos en Taichi es esencial, tan esencial como el Jing. Querer sentirlo es Shèn.

Como dijo en su día mi Maestro: "El Chi o Ki, es algo que nos rodea, que entra en nuestro interior y que sale de él. El Chi nos está abrazando continuamente, constantemente... no importa que creas o no en él... el Chi está ahí. Pero esto no es lo importante, lo verdaderamente importante es que tú quieras creer en él... QUERER CREER... eso es lo verdadero, lo que cuenta". 

Sucede, que esto lleva un trabajo añadido, requiere mayor exigencia, requiere más tiempo, más práctica, mayores conocimientos... y por aquí es por donde la gente se vuelve reticente... se prefiere el "negar", el "traducir", el "etiquetar"... todo antes de querer creer. Si deseamos invertir en este esfuerzo, en desarrollar la conciencia y la energía interna... el Shèn, todo mejorará.
P2016年12月3日

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