TAO, LA CREACIÓN (I): MUKYOKU o WUJI
TRADICIÓN ORIENTAL EN RELACIÓN CON LA CREACIÓN Y LAS ARTES MARCIALES.
PRÓLOGO y MUKYOKU o WUJI.
Prólogo.
El simbolismo y la numerología ocupan un lugar destacado en el mundo del Budo, sobre todo en sus aspectos filosóficos, morales o religiosos.
El “Sani ittai”, por ejemplo, es uno de ellos, y se halla presente en la mayoría de los contenidos teórico-filosóficos de la mayoría de las escuelas o estilos marciales.
Pero para situar correctamente el concepto o conceptos del “Sani ittai” es preciso conocer aunque sea en un contexto somero a sus predecesores simbólicos tales como “Wuji” y “Taiji”.
Es notorio que todo conocimiento espiritual a lo largo de la historia de la humanidad ha trascendido por medio de dos caminos o vías a través de los cuales se nos ha dado a conocer: la forma esotérica (abierta a toda la comunidad) y la forma esotérica (reservada a unos pocos y transmitida generalmente de maestro a discípulo). Hoy, con los medios tecnológicos y la apertura educativa ambas formas parecen fusionarse, pero en algunos conceptos hemos de recurrir a la última, que afortunadamente, ahora parece abierta, aunque en el contexto de las artes marciales debe tenerse cierta paciencia y espíritu investigador para llegar a su conocimiento.
0. MU KYOKU (WUJI), 無極: LA NO-POLARIDAD.
Para poder llegar a considerar la teoría de la génesis del mundo, se presentaron dos modos distintos, dos dilemas para su razonamiento: uno fue colocar el origen del Ki como principio absoluto; y el otro lo fue suponer que algo absoluto como “nada” o “Tao” (Dô), subsistiera por encima del origen del Ki.
Según Lao Tze, Tao 道 (Dô) es el nombre del origen único: es la fuerza creadora de la existencia:
“…Había algo amorfo sin embargo pleno, que existió antes que el cielo y la tierra, sin sonido ni forma. Uno puede pensar en él como la madre de todas las cosas bajo el cielo, su nombre no lo conozco, “Tao” es el nombre que le doy, y a falta de mejor palabra, lo llamo “Lo Grande”… Lao Tze en el Tao Te King”.
Una de las nociones típicas es el término de raigambre budista “無 = mu” es decir, “Nada”. A veces en el sentido budista, se expone la noción de “mu” como “Satori 悟り” (iluminimismo, ilustración), noción que indica la experiencia del “空 = Kû” entendido como “vacío”, junto con la experiencia absoluta de la “Nada”, llamada también la “Nada Absoluta (絶対無, zettaimu)” o en ocasiones, “Lugar de la Nada (無の場所, mu no basho)”.
El Vacío absoluto, en la cosmología taoísta tradicional, es el momento en que se anticipa a la creación del mundo, o nada en absoluto. Suele ir muy relacionado con el término “Taiji”, que veremos en su momento y que representa “La Suprema Polaridad”. Por lo tanto, “Mu Kyoku o Wuji”, también suele traducirse muy comúnmente como la “No Polaridad”.
WUJI (無極 chino tradicional; 无极 chino simplificado; 無極 (Mukyoku) japonés). Mu (Wu) 無 = No, Nada; y Kyoku (Ji) 極 = Polo… Mu Kyoku (Wuji) se entiende como “No polaridad”. Wuji es, según la filosofía China, el estado primigenio del universo no diferenciado. Suele ser representado como un círculo vacío (Ensô), aunque en otras consideraciones, al ser equivalente a “nada” no se puede representar.
Pero cuidado, ENSÔ (円相) que es una palabra nipona de significado “círculo” y que resulta estar muy relacionada con el Zen. Ensô se simboliza (no es un carácter) con el Vacío y el Universo, pero también con la fuerza, la elegancia o con la iluminación. Pero donde más se utiliza el Ensô es en la pintura del budismo zen, donde se refiere al momento en que la mente es libre para dejar que el cuerpo o el espíritu se pongan a crear.
Mu kyoku (Wuji) es el “estado sin estado”, carente de espacio y tiempo. “Nada” es un concepto mental, no un objeto a observar: nos hallamos ante una no-realidad. La tradición dice que Mu Kyoku existía antes de la Creación, pero sería más correcto expresar que Mu Kyoku es la contrapartida de la Creación.
“Mu kyoku, Nada” no existe porque “no es”, por lo tanto nada puede describir o mejorar la “Nada”. No es posible conjeturar o hacer una figura de “Mukyoku” porque no existe y por lo tanto no hay nada que suponer. Si tratamos de imaginar “Mukyoku”, estamos tratando de sentir “algo” y eso no es la “nada”.
“Kû, Sora, Kara” 空 (Vacío) es un espacio que está vacío, contiene unos límites y ocupa un área. “Kû” es algo; si imaginamos un espacio vacío, estamos figurándonos un “algo”… sin embargo “Mukyoku” es nada, entonces: ¿Cómo podemos considerar que “Mu kyoku” es una contrapartida de la creación, al “todo”? Esto requiere la práctica de la compresión del “Dô” (Tao). Así en teoría, esto podría ser comprendido por la mente para decir que “Mukyoku” es la no-existencia o la no-polaridad: la madre del “Ser” como opuesto del “no-ser”, un estado no manifiesto de unidad indiferenciada; un estado de kaos primordial anterior a la diferenciación del “Yin-Yang”; y a partir de aquí, sentir la esencia de que todas las cosas tienen su opuesto.
En las Artes Marciales es el momento de la alienación total de la mente del cuerpo, un estado de concentración total y absoluta neutralidad que se anticipa a la ejecución de una técnica.
En combate, Tori y Uke, se hallan uno frente al otro, fuera del campo de interacción donde se desarrollará la técnica. En esa distancia entre ellos o “Mu-maai” 無間合い(no-distancia) es donde no ha lugar nada, no cabe técnica alguna pues ambos se encuentran fuera del “Maai”, será necesario que aparezca la “intención” entre uno de ellos (uke o Tori), o de los dos, para que el “Maai” se estreche entre ambos, pasando de ser un área de “Nada” a un área donde el “todo” acontece y llegue a producirse el evento.
Numerología Taoísta: el “0” (cero, wuji, rei零), representa el vacío, la nulidad, el no-ser, el principio y el fin. En otras culturas: el cero o “punto muerto” se representa por una concha cerrada, recordando la posición del feto en el útero, encarna la desintegración del grano de maíz que precede a la aparición de la semilla y simboliza la regeneración cíclica, pues representa el paso de una vida a otra... el punto muerto... de donde parten los números ascendentes, como el comienzo del desarrollo de toda nueva vida. También es imagen del vaso filosófico de la iniciación hermética, se convierte entonces en un símbolo matriarcal, emblema de la mujer fecundada.
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