Gracias Marsella, por este inolvidable STAGE DE NANBUDO!

Marsella queda lejos… geográficamente, al menos para algunos, encuadrada en el centro de la belleza de la Francia mediterránea se empeña año tras año en reunirnos en torno a un tatami y nos obliga a disfrutar de aquellos conceptos tan íntimos con que suele acostumbrarnos el Nanbudo, y donde destaca la Convivencia.

Unos conceptos básicos que se interrelacionan en esa base de la trilogía mutante del "Sani ittai" que va desde el descubrimiento del cuerpo, desde la practica del conocimiento a la sensatez interna y personal de cada uno, con sus cambios e interacciones entre cuerpo, espíritu y camino y, como consecuencia nos dirigen hacia la comprensión que aborda el que soy, mis creencias y lo que hago…

Marsella queda cerca… íntimamente, en nuestro Kokoro, ya que unas personas que comparten con nosotros el ánimo de vida que ofrece el Nanbudo, y que se imponen cíclicamente, con su saber estar, su saber organizar y su saber querer… en “forzarnos” a pasar tres días de concordia y convivencia social en un stage muy interesante, intenso, emotivo y cordial.

No es necesario tener muchos conocimientos, conocer la historia en profundidad o tener presente en la memoria el camino recorrido por el Nanbu-Budo y su trayectoria, para saber que siempre, simbólica o filosóficamente se ha movido en torno a los conceptos orientales de las trilogías, de los Elementos naturales o de la dualidad del Yin-yang, que a menudo parecen distantes, pero que resultan tan presentes y patentes como la vida misma.

El Nanbudo es Vida. Esto se halla representado continuamente en su extenso programa. Los kata básicos, los Nanbu kata, por ejemplo nos lo susurran: las fases de la vida, como las estaciones temporales, se emparejan con estos cuatro primeros kata, el quinto… los reafirma en el mismo sentido que el Enzô lo hace con el Universo, trazando la transición global del camino y del equilibrio. El Ki Nanbu Taiso, es otro ejemplo, esta vez con la evolución: Comienza en el mar, con Nami, lugar del origen de la vida y de la Evolución… avanzando hasta Nichi, el Sol, sustento y fuente de esa vida. El discurrir por el resto de las figuras nos muestra etapas intermedias de esa Teoría de la Evolución y de su filosofía. Si Nami es el inicio de ese “calentamiento” que a su vez inicia las sesiones del Nanbudo, Nichi, lo finaliza. Pero Nichi nos habla, nos enseña, con su ocaso y amanecer (en ese orden) que el final de una etapa es sólo el principio del resto de la sesión: como en el Yin-Yang, no hay final… sino el inicio de otro empezar.

Como no podía ser de otra manera, Mar y Sol se dan la mano en ese entrañable ya entorno marsellés de L’Estaque. Los anfitriones han hecho posible que esta familia nanbudoka haya podido disfrutar una vez más de un Curso de Nanbudo inolvidable, por su contenido absoluto tanto dentro como fuera del tatami.

Los calificativos de entrada como “de nuevo…, una vez más…, gran…, magnífico… etc., etc.” para referirse a la crónica de un nuevo Stage de Nanbudo, parece ser que suenan como repetitivos, y a quienes, desde la humildad, tratamos de guardar un pequeño recuerdo de cada uno de ellos escribiendo acerca de estos eventos, parecen hacernos parecer que carecemos de imaginación descriptiva. Pero, resulta difícil no caer en este “bendito problema” debido a que cada Stage iguala o supera al anterior sucesivamente en este sentido. 

Doshu Soke Yoshinao Nanbu nos ofreció este pasado fin de semana un viaje a través de los paisajes de nuestro Arte Marcial, de nuestro Arte de Vida… de nuestro Nanbudo, visitando aquellos parajes de forman el conjunto de las técnicas y ejercicios. Un Guía excepcional para el que no pasa desapercibido el menor detalle a mostrar, a aplicar o a corregir. Un alma, un generador que recarga el acumulador energético del Nanbudo y las pequeñas baterías que cada uno de nosotros suponemos en este mundo “blanquiazul”. Junto a Doshu, Leo Rafolt, Julien Colazzina y quienes “saltan a la palestra” para ejercer de ejemplo al trabajo a realizar y que curso a curso se superan a la hora de mostrarnos las peculiaridades de cada técnica, consiguen mostrarnos el camino a seguir para continuar aprendiendo o perfeccionar y profundizar en lo ya aprendido.

Hemos trabajado el Ki Nanbu Taiso en su forma habitual y nos han mostrado una vez más como poder realizarlo en posición sentada para poder cubrir así un abanico más amplio de posibilidades de práctica. También, la práctica de Randori Subari (defensa ante agarres desde la posición de sentados), de distintos Randori Sotai… hemos profundizado un poco más en el sentido del Randori Renzoku waza o de la practica de kata tal como Shihotai Ku o Nanbu Shodan enfocados hacia el control de la respiración y de la armonía colectiva. Sin duda alguna un viaje regenerador en un marco excepcional.

Pero además, un Stage de Nanbudo, aparte del aspecto técnico o de práctica, lleva consigo esos momentos de convivencia que también influyen de cara a la asistencia a los mismos. Poder hablar con Doshu, con los compañeros de los diez países que en esta ocasión han coincidido, departir con ellos, alegrarte y felicitar por sus nominaciones de evolución de grado a compañeros como sucedió esta vez con los Shihan  Fabienne y Gabriel David.

Comparto la idea o teoría, de los expertos en aspectos filosóficos, acerca de que esa línea que separa y al mismo tiempo une y equilibra esas dos fuerzas que “combaten” en el universo, como son el Yin y el Yang, es la vida. La vida oscila tal como lo hace esa línea en su gráfica senoidal, como el recorrido solar visto desde la Tierra, creando continuamente el ocaso y amanecer.  

La vida, impasible e implacable, nos lleva desde el Origen hacia el Destino. Y durante ese recorrido es cuando el ser humano ha de discernir, comprender, desentrañar… el mensaje que lleva implícito. De lo que ya llevamos vivido podemos aprender y considerar, esto desemboca en la experiencia. El resto está por suceder, pero disponemos de los ejemplos de personas que nos han dejado sus valores o de aquellos que hoy día, son menos jóvenes que nosotros… y que son de quienes tenemos la oportunidad de aprender. Todos hemos transcurrido por unas u otras vivencias, experiencias… hemos tenido éxitos y fracasos, hemos sido muy felices o estado profundamente tristes, y así un largo etcétera.

Le comenté a Doshu que creía (si no me fallan las cuentas) que el próximo Stage de Playa de Aro sería el número 41… el exclamó que todo había pasado muy rápido, como un relámpago.  Pues bien, DM, ese cursillo será mi número 35. Si me dijeran que eligiera uno, no sabría cual elegir. El de 1986, en Lleida, fue el Stage de Nanbudo donde Doshu me concedió el primer dan; ese momento sencillamente no lo olvidaré, incluso aún recuerdo unas de las felicitaciones que me dieron y que guardo con cariño: “…hasta ahora has estado aprendiendo, ahora con el cinto negro, es el momento que debes comenzar a “desaprender lo aprendido”… pero recuerda que desaprender, no es borrar lo aprendido, sino interiorizar y comprender todo aquello que te ha sido enseñado…”.

Algunos de los asistentes a este último Stage en L’Estauque, ya lo han catalogado por encima de otros calificativos, como de “emotivo”. Por eso, desde el fondo del corazón he buscado cual de ellos fue más emotivo para mi. Y en ese sentido, me quedo obligado a elegir dos: ambos en Marsella. 

En 2011 viví unas de las emociones más impresionantes que hasta entonces había vivido en el Nanbudo: por un lado las ceremonias a Renshi y Shihan de Serg Salvai y Sergio Medina… y por otro la nominación de Stephan Carell con Hanshi. Eso fue el presenciar como tres personas de dedicación al Nanbudo y que te resultan especialmente allegadas logran los máximos laureles de mérito en nuestro Arte.

En este de 2013, las lágrimas de emoción, el nudo en la garganta, volvieron a hacer acto de presencia entre los asistentes, cuando Doshu Soke Nanbu, nombró a Jean Collomb como Hanshi de Nanbudo. Su presencia, nobleza y dedicación no se explican con palabras, sólo cabe decir:

 ¡OUSSU HANSHI!

Nos vemos pronto, esta vez en Playa D’Aro 2013… ya falta poco!