Del aprendizaje al dominio del kata (I)


Maestro Yoshinao Nanbu
Funakoshi Gichin, sensei.
一型三年.HITO KATA SANNEN. «Un kata tres años...»

Mabuni Kenwa, sensei
“El Karate empieza y termina con el kata…”

Otros practicantes de karate en Okinawa, antes de  la expansión del karate hacia Japón primero y occidente después, solían decir:
“Los que trabajan minuciosamente los Kata llegan a ser fuertes…”

¿Cómo debemos desentrañar estas frases? ¿Qué sentimos al oírlas, leerlas o meditarlas?
Cada cual, debe responderse así mismo.

Ya todos sabemos la traducción literal de kata (forma).  Al igual que debemos tener constancia y seguir una serie de puntos importantes acerca de la metodología y/o aprendizaje del kata, saber algo más del kata, aparte de su traducción literal va ligado a lo anterior.
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Los diferentes maestros idearon en los kata la codificación y desarrollo de los elementos fundamentales de cada estilo o arte marcial. Kano, Ueshiba, Funakoshi, Mabuni… o más cercanos como Tani con su transición al Shukokai, o Nanbu con su visión del Sankukai y posterior evolución al Nanbudo… son algunos de los grandes maestros que han dejado o adaptado en sus kata una serie de elementos y técnicas seleccionadas cuidadosamente que tienen un profundo significado interior en su contexto.
Es evidente que los kata son la esencia del arte marcial, en ellos están los principios básicos, la tradición y las técnicas del arte. Ya a los principiantes, se les inculca que en el kata está incluido todo lo referente al arte marcial en concreto: todo tipo de técnicas, timming, kime, kiai, posturas, posiciones, movimientos del cuerpo, desplazamientos, actitud correcta, respiración…
Maestro Chooki Motobu
Pero hubo una época en que los kata no eran enseñados tan abiertamente. Una época en que los maestros los guardaban en el más absoluto secreto. Entonces sólo se entrenaba kata, eran tiempos de prohibiciones, con una estratificación social muy marcada entre gobernantes y gobernados: entre armados y desarmados. Para el pueblo llano estaba prohibida la tenencia y uso de las armas, en momentos incluso determinados aperos y hasta la práctica abierta o entrenamiento de cualquier tipo de lucha. Por todo esto los maestros ocultaban sus enseñanzas y prácticas a través de los kata, danzas, ritos folklóricos, etc.
Entrenaban de forma oculta y/o por la noche. El maestro extraía secuencias y movimientos del kata que eran trabajados hasta la saciedad por los alumnos. Nunca realizaban íntegramente los kata delante de sus discípulos, únicamente, cuando debido a su edad o cualquier otro importante motivo, consideraban llegado el momento de transmisión de sus conocimientos lo hacía generalmente sobre su hijo o en defecto sobre al discípulo de mayor confianza. Era entonces cuando ese heredero conocía el kata en su total profundidad, cuando descubría la esencia interna tan celosamente guardada. Esto puede darnos una idea de su importancia y del trasfondo histórico que tienen.
Independientemente de la idea o filosofía por o para lo que se practica un arte marcial, en éste siempre hay un momento o apartado en el que se trabajan tanto defensas como ataques, esto es: combate. Hoy tendemos a la clasificación, a etiquetar, a dar nombres o bautizar todo aquello que se nos presenta. El término “Artes Marciales” es relativamente moderno y dentro de él se encasillan a todas las distintas formas, estilos o maneras del aprendizaje y entrenamiento del combate. Antaño, entre sus practicantes no se prestaba demasiada atención a dar nombres a sus sistemas de lucha; lo importante para ellos era la práctica en pos de un fin muy marcado: la supervivencia. Es necesario pensar en todo esto para poder practicar un kata con el espíritu adecuado, ya que en el kata luchamos, combatimos ante varios oponentes imaginarios. Unos oponentes de los que debemos defendernos… ¡porque nos están atacando!, unos oponentes a los que debemos atacar eficazmente para superarlos y poder pasar a pensar en los siguientes, de lo contrario, los primeros seguirían atacándonos… Con esta idea o espíritu es con la que se debe practicar un kata. Es, en estos combates imaginarios, donde aplicamos y desarrollamos las distintas técnicas combativas de nuestro estilo y donde comprendemos profundamente su significado, donde nos superamos en habilidad, estrategia, conocimiento del control, respuesta automática…
En la última clase teórica que ofreció el maestro Nanbu, acerca de la práctica del Ki Nanbu taiso o los distintos kata energéticos propios del Nanbudo, habló de importancia de la trilogía: mente, imaginación y corazón: “Una mente capaz de formar la imaginación, en ver en nuestro interior lo que sucede. Una imaginación que nos muestra de manera aparente como es y como circula la energía por nuestro interior. Pero lo más importarte para poder cumplirse lo anterior es nuestro corazón; un corazón limpio, vacío de perjuicios… que desee creer en lo que nos estamos imaginando, y que ame lo que imaginamos…”
Bien, pues esta idea también podemos aplicarla al kata. Tener la consciencia, la mentalidad de estar en un combate que pretendemos ganar ante varios adversarios. Imaginar a cada uno de esos oponentes con sus acciones y reacciones, y a nosotros respondiendo a las mismas. Pero sobre todo hemos de desear de corazón el querer “verlos”, el querer “vencerlos”. Este creo debe ser el espíritu a la hora de realizar un kata, para conseguir esa unión deseada de cuerpo y mente, lo que suele expresarse como: vivir un kata.
Para comprender a los maestros innovadores de kata o, a aquellos que los han sabido adaptar a su propia evolución o visión, se requiere su práctica cotidiana y con dedicación. Pero también se requiere el estudio del mismo, del kata… de una forma guiada (por el maestro o profesor) inicialmente y de una forma autoevaluada a posteriori.
Maestro Sokon "Bushi" Matsumura 
El maestro Mitsusuke Harada de karate dijo en una ocasión: “Los kata son muy importantes, fortalecen el cuerpo, acondicionan la mente, entrenan el espíritu, aumentan la coordinación, mejoran los reflejos y permiten el contacto con el pasado. Son la esencia del Karate-do y de cualquier arte marcial”.
En referencia al estilo y recurso metodológico en el entrenamiento y aprendizaje del kata se distinguen esencialmente seis fases: Aprendizaje inicial, mecanización, introspección, dominio, asentamiento vitalicio y transferencia relacional.
Estos apartados los enumeraré en una posterior entrada, pues que me parecen de vital importancia… ya que en ocasiones, se comete el error de creer que, dominar un kata es darle velocidad tras o durante su aprendizaje (memorizar embusen y técnicas). A veces, incluso aparece el ego… tratamos de demostrar que por imprimir al global de kata una mayor velocidad lo conocemos mejor, cuando en realidad estamos demostrando que, simplemente, hemos sido incapaces de pasar de la primera fase, el aprendizaje inicial…

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